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LA MATANZA

3 de mayo de 2021

La lucha de las Madres Protectoras, como política pública

Por: Rosa Acosta

Al menos diez niñas y niños fueron restituidos a sus madres a nueve meses de la creación de la Secretaría de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza.

El acompañamiento a las Madres Protectoras y el avance de las causas por la restitución de sus derechos y los de sus hijos e hijas son unos de los pilares de la Secretaría de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza.

A nueve meses de su creación se intervino en veinte casos de Madres Protectoras, entre otras que se resolvieron con intervenciones rápidas, y logró la restitución de al menos 10 hijos e hijas.

La titular de la Secretaría, Liliana Hendel, con la decisión política del intendente, Fernando Espinoza, implementa políticas públicas de la agenda feminista.

Como periodista, psicóloga y militante de los feminismos, Hendel es pionera en la visibilización, el apoyo y acompañamiento a las Madres Protectoras.

“Cada restitución que las compañeras abogadas, algunas juezas, algunos tribunales logran es un pedacito de Justicia en medio de un océano de injusticia. Cuando esta Secretaría tiene la posibilidad de participar activamente y generar una restitución, en lo personal siento y también todo el equipo, que vinimos a hacer este trabajo y lo estamos haciendo”, manifiesta.

Hendel destaca que una madre protectora “es una mujer que intenta desesperadamente proteger a sus hijos e hijas del ataque, en primer lugar, de un varón macho violento; y en segundo, de la violencia institucional, de la justicia patriarcal, de sentencias y equipos que dentro del sistema la atacan a ella y a quienes intenta proteger”.

Desde su creación el 3 de agosto del año pasado, la Secretaría toma esta lucha como uno de sus ejes centrales.

“Es un tema de la agenda feminista, de los Derechos Humanos de las mujeres que siendo madres son invisibilizadas y atacadas desde el sistema judicial cuando se animan a denunciar. Tenemos un fuerte compromiso con ellas”, resalta.

En este sentido afirma que “es imprescindible” avanzar en una reforma judicial con perspectiva de género.

Advierte que “es habitual” que cuando una madre inicia una causa por violencia, por abuso sexual en las infancias, y busca protección para ella y sus hijos e hijas “deba asistir a diferentes ventanillas y espacios del sistema judicial porque su expediente se divide, por lo que puede tener diferentes audiencias, en diferentes tribunales, incluso a veces a la misma hora, y se pericia a la mujer en vez de al denunciado”.

Además, señala que la Cámara Gesell “no siempre es un instrumento a favor de proteger” a los niños y niñas porque “los equipos que deben realizar los informes no tienen una adecuada formación en perspectiva de género”.

En este punto, Hendel señala que “hay profesionales, como (el ex juez de la Cámara Federal) Carlos Rozanski, que insisten en que es indispensable que haya un Ministerio de las Infancias y un sistema judicial que atienda y conozca lo que sucede”.

“En lo personal, como periodista, psicóloga, mucho antes de ser funcionaria he acompañado a mujeres violentadas por quienes debían protegerlas y llegué a la conclusión que el problema no termina con la exclusión del macho violento porque para muchas ellas y sus hijos e hijas el problema continúa en la justicia, aún con sentencia firme”, manifiesta.

Hendel destaca la lucha que emprendieron y emprenden cada día muchas madres, como la de Jano, un caso emblemático en La Matanza. También, la gesta de Andrea Vázquez por sus hijos, quien es la   del movimiento de Madres Protectoras, el que se extendió a distintas ciudades del país, y hoy es directora médica de esta flamante Secretaría.

“Soy madre, soy abuela y lo que siento es una profunda admiración por cada una de las Madres Protectoras, cada cual con su estilo –señala-: las que se encadenaron en los tribunales, las que marcharon, gritaron, las que estuvieron solas, las que lograron compañía y las que murieron en el intento. Mi profundo agradecimiento por todo lo que me han enseñado y mi respeto porque a lo largo de estos años muchas veces pensé que tal vez yo no hubiera podido hacer lo que ellas pueden”.

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