La Libertad Avanza logró este martes el dictamen para el proyecto de reforma laboral en el Senado, pero no pudo avanzar con su tratamiento en el recinto y decidió postergar el debate hasta el 10 de febrero de 2026. La decisión expuso las dificultades del oficialismo para ordenar a sus aliados y conseguir una aprobación sin objeciones.

Tras finalizar la ronda de invitados en la comisión de Trabajo y Previsión Social, la jefa de la bancada libertaria y titular del cuerpo, Patricia Bullrich, anunció que el dictamen sería firmado, aunque dejó abierto el texto a futuras modificaciones. En ese marco, propuso postergar el debate para dar lugar a un mayor análisis del proyecto, a pedido de distintos sectores.

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El dictamen de mayoría obtuvo nueve firmas, pero varias de ellas fueron con disidencias. Senadores de bloques considerados aliados, como la Unión Cívica Radical y fuerzas provinciales, acompañaron el despacho aunque marcaron diferencias de fondo en el contenido. Beatriz Ávila, alineada con el gobernador tucumano Osvaldo Jaldo, fue una de las que firmó, mientras que otros legisladores lo hicieron dejando constancia de sus reparos.

La decisión de Bullrich se produjo luego de su paso por la Casa Rosada y en una jornada políticamente adversa para el Gobierno. Mientras en el Senado se debatía la reforma, la CGT y las CTA se movilizaban a Plaza de Mayo en rechazo al proyecto. Al mismo tiempo, en Diputados, el oficialismo sufría un revés con sus aliados, que no acompañaron artículos clave del Presupuesto 2026, especialmente aquellos vinculados al financiamiento universitario y a la emergencia en discapacidad.

El clima se tensó aún más durante la madrugada, cuando la Cámara baja tomó juramento a los nuevos representantes en la Auditoría General de la Nación. La decisión desató una fuerte reacción del PRO, que vio frustrada su intención de ubicar a Jorge Triaca en ese organismo y acusó al oficialismo de romper acuerdos políticos.

El dictamen impulsado por La Libertad Avanza incorporó algunos cambios respecto del texto original. Se estableció que los salarios deberán pagarse en moneda nacional o extranjera, se eliminó la posibilidad de hacerlo en especies, habitación o alimentos, se extendió el plazo para el pago de indemnizaciones en micro y pequeñas empresas hasta en 18 cuotas y se modificaron las cláusulas de ultraactividad de los convenios colectivos. No obstante, se mantuvo el financiamiento del Fondo de Asistencia Laboral a través de la Anses.

Desde la oposición consideraron insuficientes las modificaciones. El bloque Justicialista encabezó el rechazo y otros sectores optaron por no firmar el dictamen. Legisladores peronistas cuestionaron la constitucionalidad del proyecto y advirtieron que vulnera derechos laborales consagrados en la Constitución y en tratados internacionales.

Con este escenario, la Casa Rosada deberá convocar a nuevas sesiones extraordinarias en febrero si pretende llevar la reforma laboral al recinto. Mientras tanto, el Senado continuará con el tratamiento de otros proyectos enviados por Diputados, entre ellos la ley de Inocencia Fiscal y el Presupuesto, en un contexto donde el oficialismo confía en reunir las firmas necesarias, aunque sin el margen de maniobra que esperaba.