La imagen que dejaron esta semana seis gobernadores peronistas opositores reunidos en la Casa de la Provincia de La Pampa expuso un movimiento interno de peso dentro del peronismo. El encuentro consolidó un nuevo polo de poder que busca impulsar una agenda legislativa propia y una renovación del espacio desde los territorios, con Axel Kicillof como figura central y sin referencias directas a la conducción de Cristina Kirchner.

Además del gobernador bonaerense, participaron Sergio Ziliotto, Gildo Insfrán, Ricardo Quintela, Gustavo Melella y Gerardo Zamora, junto a diputados nacionales que les responden. La ausencia de dirigentes cercanos al cristinismo, incluidos referentes de La Cámpora, no pasó desapercibida y fue leída como una señal política hacia el interior del PJ.

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El comunicado difundido tras la reunión apuntó contra el gobierno de Javier Milei por incumplimientos, deudas y la paralización de la obra pública. Sin embargo, puertas adentro, los mandatarios reconocen que el mensaje también estuvo dirigido al propio peronismo. Según admitieron desde varias provincias, no buscan romper la unidad, pero sí empezar a diferenciarse y marcar el peso específico de quienes hoy gobiernan territorios.

El malestar de los gobernadores viene en aumento por la escasa influencia que tienen dentro del bloque de diputados de Unión por la Patria. La designación de Juan Forlón en la Auditoría General de la Nación, dirigente cercano a Máximo Kirchner, profundizó ese enojo. También cuestionan el fracaso del proyecto de reparto del impuesto a los combustibles y advierten que la reforma laboral impulsada por el Gobierno nacional podría generar una fuerte caída en la recaudación provincial.

En ese marco, los mandatarios buscan imponer estos temas como prioridad dentro de UP y avanzar en una estrategia que sume a otros gobernadores, incluso a aquellos que mantienen diálogo con la Casa Rosada. Entre los nombres que aparecen están Raúl Jalil, Osvaldo Jaldo y Gustavo Sáenz, a quienes consideran aliados posibles en la defensa de los recursos provinciales.

El armado no tiene, por ahora, un objetivo electoral inmediato. Convive con un intento de reorganizar al peronismo desde el poder territorial, con gobernadores e intendentes como ejes. Aunque no hay mensajes directos contra Cristina Kirchner, los protagonistas reconocen que se trata de una construcción paralela, sin un rol central para la actual presidenta del PJ.

Este proceso también se articula con las proyecciones de Axel Kicillof, que busca fortalecer su perfil nacional apoyado en sus pares y consolidarse como referencia del espacio. El desafío, reconocen en su entorno, es sostener ese liderazgo sin generar tensiones con los gobernadores ni acelerar disputas internas.

Mientras tanto, el mandatario bonaerense continúa profundizando vínculos políticos en el interior del país, como lo mostró su reciente visita a Formosa por invitación de Insfrán. En paralelo, deberá definir su estrategia en el PJ bonaerense, una decisión clave que puede incidir tanto en la interna provincial como en su proyección nacional.