Bajo un fuerte operativo de seguridad, Joseph Freyzer Cubas Zavaleta, conocido como “Señor J”, fue trasladado a la Fiscalía de San Justo para declarar ante el fiscal Adrián Arribas. El hombre, acusado de ser el cerebro detrás del secuestro y triple femicidio de Morena, Brenda y Lara, ocurrido el 19 de septiembre en Florencio Varela, se mantuvo más de dos horas frente a los investigadores. Durante el interrogatorio, ofreció detalles sobre su vida personal, su llegada a la Argentina y su supuesto trabajo, aunque negó haber planificado los asesinatos y dijo no conocer a los otros diez imputados en la causa.

Sin embargo, luego de varias contradicciones, Cubas Zavaleta admitió ser parte de la banda conocida como “Los Pulpos de Trujillo”, una organización criminal de origen peruano que, según la investigación, opera en distintas zonas del conurbano bonaerense. Los fiscales creen que el acusado intentó fugarse junto a Matías Ozorio hacia su país de origen tras el crimen.

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Durante su testimonio, el sospechoso contó que su padre trabaja en el Ministerio de Trabajo de Trujillo y su madre es comerciante. Dijo haber cursado hasta primer año de la secundaria antes de emigrar a España y, posteriormente, llegar de manera legal a la Argentina en 2025. Según su versión, se instaló en Lanús y trabajaba en la feria de Lomas de Zamora, dedicándose a la confección de calzado.

También se refirió a su situación judicial y recordó haber sido detenido el 27 de agosto por Interpol Argentina, a pedido de la Justicia peruana, en el domicilio que había declarado al ingresar al país. Afirmó que el motivo de esa detención fue una orden de rebeldía emitida en Lima el mes anterior.

Consultado sobre la venta de drogas y su vínculo con la banda que asesinó a las tres jóvenes, el acusado insistió en su inocencia. Sostuvo que sus padres lo ayudaban económicamente cuando vivía en España y que en Argentina su pareja y su familia lo asisten actualmente. Aseguró además que no conoce las villas 1-11-14 ni Zavaleta, donde, según los investigadores, operaba la organización delictiva y donde habrían sido vendidos los teléfonos robados a las víctimas.

“Yo no guardo ninguna relación con los detenidos ni con los hechos de la causa”, repitió ante el fiscal Arribas. Explicó que lo llaman “J” por la primera letra de su nombre y afirmó que un cuaderno hallado en su celda —considerado una pieza clave en la causa— le fue regalado poco antes de su arresto. Ese elemento, junto con los registros de visitas y guardias, está siendo analizado en busca de vínculos con los otros acusados.

El fiscal Arribas imputó formalmente a Cubas Zavaleta por privación ilegal de la libertad agravada, homicidio triplemente agravado por premeditación, alevosía, ensañamiento y violencia de género. En los próximos días, el fiscal solicitará la prisión preventiva ante el Juzgado de Garantías, mientras se evalúa si el expediente pasará al fuero federal. La investigación continúa en busca de justicia por Morena, Brenda y Lara.