El partido arrancó con mucha intensidad y Los Pumas se mostraron decididos desde el inicio. Tomás Albornoz abrió el marcador con el pie, pero la respuesta de Beauden Barrett llegó de inmediato para emparejar el tanteador. La lesión del apertura argentino complicó el plan de juego y permitió que los neozelandeses se adelantaran con tries de Billy Proctor y Fletcher Newell.

Lejos de rendirse, el equipo de Felipe Contepomi se reagrupó y encontró su mejor pasaje. Tras someter a los All Blacks con paciencia y potencia, Juan Martín González apoyó el try que volvió a igualar el marcador. La presión argentina forzó además dos amarillas en el rival, dejando a Nueva Zelanda con 13 hombres y permitiendo al local imponerse hasta el descanso (13-13).

El segundo tiempo fue una verdadera batalla táctica. Santiago Carreras aprovechó con el pie las infracciones del rival y estiró la ventaja. El Gigante de Liniers explotó cuando Pablo Matera arrastró rivales en un scrum y Gonzalo García apoyó su primer try con la camiseta argentina.

La reacción de los All Blacks no tardó en llegar con un try de Samisoni Taukei’aho, que puso suspenso al cierre. Sin embargo, la defensa argentina se mostró firme y una nueva amarilla para Sevu Reece, sumada a la precisión de Carreras, terminaron de sellar un triunfo histórico.

Con este 29-23, Los Pumas consiguieron por primera vez vencer a Nueva Zelanda en territorio argentino, escribiendo una página dorada en la historia del rugby nacional. Liniers fue testigo de una noche que quedará grabada para siempre.