Por primera vez desde el inicio de la ofensiva militar en Gaza, dos de las principales organizaciones de derechos humanos de Israel denunciaron abiertamente que el Estado israelí está cometiendo un genocidio contra la población palestina. En informes publicados este lunes, B'Tselem y Physicians for Human Rights Israel (Médicos por los Derechos Humanos) expusieron con datos y testimonios las consecuencias de las políticas de asedio, desplazamiento y destrucción sostenidas por el gobierno de Benjamin Netanyahu.

“Un análisis de la política de Israel y sus horribles resultados, junto con declaraciones de experimentados políticos y comandantes militares israelíes sobre los objetivos de los ataques, llevan a la conclusión inequívoca de que Israel está realizando acciones coordinadas y deliberadas para destruir a la sociedad palestina en la Franja de Gaza”, concluyó B’Tselem en su informe titulado “Nuestro genocidio”.

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Ambas organizaciones documentaron que la situación humanitaria es crítica: casi 150 personas murieron por desnutrición, entre ellas 85 niños, y el 92% de los menores de entre seis meses y dos años no reciben alimento suficiente para su desarrollo. Según el informe de Médicos por los Derechos Humanos, “esta no es una crisis temporal. Es una estrategia para eliminar las condiciones necesarias para vivir. Aún si Israel detiene su ofensiva hoy, la destrucción que infringió garantiza que muertes prevenibles continuarán por años. (...) Esto es la negación de la supervivencia. Esto es genocidio.”

Los informes también citan declaraciones del ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, quien en agosto de 2024 había defendido la idea de matar de hambre a los habitantes de Gaza como estrategia de presión. “Es imposible en la realidad global actual hacer la guerra -nadie en el mundo nos permitirá matar de hambre y sed a los dos millones de ciudadanos (sic)... aún si es lo justo y moral hasta que devuelvan a nuestros rehenes”, había declarado.

Pese a que una investigación del propio ejército israelí desmintió que Hamas se apropiara de la ayuda humanitaria, el Estado entregó en mayo la distribución de alimentos a una empresa de seguridad estadounidense, mientras bloquea el ingreso de ayuda por los pasos fronterizos. Desde entonces, más de mil palestinos fueron asesinados por soldados o mercenarios mientras buscaban comida.

“Israel desplazó a 9 de cada 10 gazatíes, destruyó o dañó el 92% de las casas y dejó a más de medio millón de chicos sin escuelas. Hizo desaparecer servicios esenciales de salud, incluidos centros de diálisis, maternidad y tratamientos para cáncer y diabetes”, detalló el informe médico.

B'Tselem, por su parte, advirtió que el genocidio podría no limitarse a Gaza: “El genocidio está pasando ahora en la Franja de Gaza, pero cualquier detonante puede provocar su rápida expansión a otras áreas bajo control de Israel. Actualmente, no hay ningún mecanismo, doméstico o internacional, para frenarlo.”

Los datos relevados por ambas organizaciones alertan sobre la situación de millones de palestinos en territorios ocupados como Cisjordania, Jerusalén Este e incluso dentro del propio Israel, donde viven como ciudadanos de segunda. La alarma encendida desde el corazón mismo de la sociedad israelí resuena con fuerza ante una comunidad internacional cada vez más presionada a actuar.