Ubicada en el departamento Islas del Ibicuy, al sur de Entre Ríos, Villa Paranacito es un destino distinto a todo lo conocido. Rodeada por los brazos del Delta del Paraná, esta ciudad creció entre ríos, arroyos y montes nativos, donde la naturaleza marca el ritmo de vida. Fundada en 1906, su historia está ligada a la inmigración europea y al desarrollo forestal y ganadero. Con el paso del tiempo, la comunidad fue adaptándose al entorno acuático, creando una identidad profundamente ligada a la vida isleña.

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Hoy, Villa Paranacito es uno de los destinos más auténticos del litoral argentino. Lejos del ruido, se presenta como un refugio natural ideal para quienes buscan descansar, pescar, hacer paseos en lancha o simplemente disfrutar del paisaje. Entre sus principales atractivos turísticos, hay tres que no podés perderte:

1. El Balneario Municipal Costa Paranacito
   Ubicado sobre la costa del río Paranacito, este balneario es el lugar perfecto para pasar el día en familia. Cuenta con sombra natural, zonas de parrillas, canchas, juegos para chicos y bajada para embarcaciones. Desde allí se pueden contratar paseos en lancha por los canales del Delta.

2. Parque Natural Arroyo Sagastume
   Este rincón natural es un paraíso para los amantes del ecoturismo. Se puede recorrer a pie o en bote, rodeado de vegetación nativa y aves autóctonas. El paisaje combina arroyos calmos, cipreses calvos y montes ribereños, ideales para safaris fotográficos o simplemente para contemplar.

3. Paseos náuticos y pesca deportiva
   La mejor manera de conocer Villa Paranacito es desde el agua. Las excursiones guiadas en lancha recorren los ríos Paraná Bravo, Uruguay y los arroyos interiores. Además, la pesca deportiva (de pejerrey, dorado y surubí) es una de las actividades preferidas de quienes visitan la zona.

Villa Paranacito también se destaca por su calidez humana y su tradición. Las fiestas populares como el desfile náutico de carrozas o el Festival “Paranacito Vivo” muestran lo mejor de su cultura isleña. Conectada con la naturaleza, cargada de historia y lejos de los destinos turísticos convencionales, es una invitación a vivir el Delta desde adentro.