San Carlos, cabecera del departamento homónimo, es considerado el pueblo más antiguo de Salta. Su historia se remonta a mediados del siglo XVI, cuando los españoles intentaron fundar varias ciudades en el Valle Calchaquí, como El Barco II (1551), Córdoba del Calchaquí (1559) y San Clemente de la Nueva Sevilla (1577), todas destruidas por la resistencia indígena. Recién en 1605 se estableció definitivamente la misión jesuítica de San Carlos Borromeo, origen del actual poblado .

El casco histórico de San Carlos fue declarado Lugar Histórico Nacional en 1975. Su principal emblema es la Iglesia de San Carlos Borromeo, construida entre 1801 y 1854. Es la más grande de los Valles Calchaquíes y la única con crucero y cúpula. Su arquitectura de adobe, con torres simétricas y un retablo de estilo hispánico, refleja la importancia que tuvo el pueblo en épocas coloniales .

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San Carlos conserva una fuerte identidad cultural. Durante el carnaval vallisto, en febrero, se celebran coplas, comparsas y rituales con harina y albahaca. En Semana Santa, destaca la emotiva representación del Vía Crucis viviente y la tradicional Quema de Judas. En noviembre, la Fiesta Patronal en honor a San Carlos Borromeo convoca a toda la comunidad en procesiones y festejos .

El pueblo también es reconocido por su producción artesanal: tejidos en telar, cerámica, trabajos en cuero y vinos regionales. A pocos kilómetros, se pueden visitar atractivos naturales como la Cascada de Celia, el caserío de San Lucas y las Peñas Blancas, antiguo cementerio indígena. El río Calchaquí, que bordea la localidad, es ideal para la pesca y caminatas.

Con su mezcla de historia, arquitectura y tradiciones vivas, San Carlos es un destino que invita a detenerse y conectar con la esencia de los Valles Calchaquíes. Un lugar donde el pasado y el presente conviven en armonía, ofreciendo al visitante una experiencia auténtica y enriquecedora.