ECONOMíA
12 de junio de 2025
El ajuste en números: el deterioro silencioso de la clase media bajo el gobierno de Milei

Mientras la inflación baja, la clase media enfrenta un recorte brutal en su poder adquisitivo, resignando consumos básicos y retrocediendo en la escala social.
Lejos de la euforia oficial por una inflación mensual inferior al 2%, el panorama para la clase media argentina muestra una realidad bien distinta: resignación, reconfiguración de consumos y retroceso social. En apenas un año y medio de gestión, el modelo económico impulsado por Javier Milei provocó una fuerte erosión del poder de compra, con tarifas descontroladas, servicios básicos dolarizados y salarios que no alcanzan para mantener el nivel de vida que históricamente caracterizó a este sector.
Según un informe del Centro para la Recuperación Argentina de la UBA, el 59% del gasto de los hogares durante el primer año del gobierno libertario se destinó a servicios, un salto de 10 puntos respecto del año anterior. “Se registra un cambio drástico en la composición del gasto de los hogares”, explicaron los especialistas, quienes advirtieron que el supuesto repunte salarial observado hacia fines de 2024 es “engañoso” frente a la magnitud del ajuste. “Si bien los salarios pudieron haber mostrado una recuperación nominal, el poder adquisitivo real se vio mermado por la necesidad de cubrir costos fijos ineludibles”.
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El efecto tijera se profundizó por el desfasaje entre la inflación de servicios y la de bienes. En once de los doce meses del primer año, los servicios se encarecieron por encima del resto, con subas interanuales que en CABA alcanzaron el 707% en transporte, 631% en gas, 390% en electricidad y 350% en agua, muy por encima del 129% en alimentos y del 174% en lácteos. “Esto provocó una presión desmedida sobre los ingresos destinados a cubrir necesidades básicas”, señala el documento académico.
A este escenario se suma la caída en la movilidad social ascendente. “La capacidad de compra de bienes y servicios tradicionalmente asociados a la clase media también sufrió una caída notoria”, afirmaron los investigadores, quienes calcularon que para conservar su posición en la escala social, una persona debería haber incrementado sus ingresos en un 125%, cuando el promedio de los salarios creció apenas un 119% en el mismo período. Esa diferencia, concluyen, “se tradujo en una pérdida real del poder adquisitivo y, en muchos casos, en un descenso en la escala social”.
En términos concretos, un ingreso promedio alcanza hoy para medio año menos de cuota social de club, dos meses menos de gimnasio y casi 66 pasajes menos a Mar del Plata en tren. Los consumos simbólicos de la clase media se desplomaron. Las ventas en shoppings, por ejemplo, cayeron un 24%, con fuertes bajas en librería y papelería (-57%), perfumería y farmacia (-37%), ropa deportiva (-17%) y patios de comida (-3%).
“Más allá de los números, las realidades concretas de las familias muestran el esfuerzo cotidiano para intentar llegar a fin de mes”, remarcaron desde la UBA, y advirtieron que el actual modelo “profundiza la exclusión” al imponer un ajuste que recae con particular dureza sobre los sectores medios. Mientras se festejan índices, una parte central del tejido social argentino pierde calidad de vida, consumo y expectativas.
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