La Selección Argentina volvió a demostrar por qué es el campeón del mundo. A pesar de jugar con un equipo repleto de variantes y con Lionel Messi en el banco, derrotó 1-0 a Chile en el Estadio Nacional de Santiago, con un golazo de Julián Álvarez y momentos de fútbol de alto vuelo. La victoria dejó al equipo trasandino al borde de quedarse afuera de su tercer Mundial consecutivo.

Más allá de estar ya clasificada a la Copa del Mundo 2026, la Scaloneta jugó con seriedad y compromiso, sellando una actuación sólida y eficaz que silenció al público local. El encuentro tuvo también un condimento histórico: el debut en la Mayor de Franco Mastantuono, joya de 16 años de River Plate, quien se convirtió en uno de los jugadores más jóvenes en vestir la celeste y blanca.

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A pesar de las múltiples bajas —Otamendi, Enzo Fernández, Paredes, Nico González por suspensión, y Alexis Mac Allister y Lo Celso por lesión—, el equipo mostró funcionamiento y precisión. El mediocampo inédito, con nombres como Thiago Almada, Paz y Palacios, manejó los tiempos del partido ante una selección chilena desorientada y sin reacción.

El gol llegó tras una gran jugada colectiva: salida clara de Balerdi, pase en profundidad de Thiago Almada y definición de Julián Álvarez con clase. El primer tiempo fue todo de Argentina, con circulación fluida, presión alta y dominio total.

En el segundo tiempo, Chile reaccionó tímidamente tras la salida de Arturo Vidal, quien había protagonizado un tenso cruce con Rodrigo De Paul. El local empujó con más ímpetu que ideas, pero se encontró con la seguridad de Dibu Martínez, figura en varios tramos del complemento.

El ingreso de Messi sirvió para contener el intento final de los locales, que llegaron con peligro en los minutos finales, aunque sin eficacia. En medio de los cánticos argentinos —como el irónico “que no salta no va al Mundial”—, el partido terminó con un sabor amargo para Chile, que ve alejarse su sueño de clasificar a Estados Unidos-México-Canadá 2026.

Con esta victoria, la Argentina de Lionel Scaloni continúa sumando triunfos y mostrando que, aun en modo experimental, mantiene el hambre de gloria y la identidad de juego que la llevó a la cima del mundo.