Una vez más, jubilados y jubiladas que se manifestaban pacíficamente frente al Congreso Nacional fueron reprimidos por fuerzas de seguridad federales, en el marco de un operativo desmedido que desplegó a efectivos de Gendarmería, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeroportuaria. Como cada miércoles, los manifestantes se habían congregado para reclamar un aumento en los haberes, la restitución de los medicamentos gratuitos del PAMI y en rechazo al veto del presidente Javier Milei a la ley que contemplaba una mejora en sus ingresos.

La jornada estuvo marcada por escenas de violencia que incluyeron gases lacrimógenos y golpes contra personas mayores, en el contexto de la aplicación del llamado protocolo antipiquetes impulsado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

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"¿Qué vienen a hacer? A pegarle a los viejos. Yo no tengo miedo, miedo tienen que tener ellos de nosotros, porque nosotros vamos a seguir viniendo porque es un derecho que tenemos que seguir luchando. Y sino que me enseñen cómo vivimos con $300.000 por mes", expresó indignada Ana María Tapia, integrante del colectivo Jubiladxs Insurgentes.

En diálogo con C5N, Tapia agregó: "Yo no vengo a luchar solo por mí, porque yo todavía tengo mi casa y todavía como. ¿Pero saben la cantidad de compañeros que hay que no tienen casa, que no comen y que la están pasando muy mal? Compañeros muy enfermos que ni siquiera tienen ya el derecho a su medicamento que ya lo tenían logrado, era un derecho nuestro...".

A pocos metros, otra jubilada denunció "el salvajismo que despliega Bullrich contra los jubilados y jubiladas", y advirtió que "ya no perdonan a nadie: van contra los camarógrafos, contra los reporteros, contra los curas". A su lado, otra manifestante sostuvo que marchar "es una manera de resistir el desastre que están produciendo en nuestro sector social y en realidad en toda la clase trabajadora".

"Nuestra situación es extrema y por eso no podemos bajar las banderas, no podemos dejar de venir porque no cambia nada sino para peor. Arriesgamos nuestro cuerpo, nuestra integridad, muy convencidos de que solamente en la calle y luchando se pueden conseguir mejoras", remarcó la jubilada, reflejando el espíritu colectivo de quienes, pese a la violencia estatal, siguen eligiendo la protesta como forma de defensa de sus derechos.