Debo reconocer que no soy hombre de fé, no profeso ninguna religión y hasta ahora, sólo sabía que el santo padre era argentino. Nunca había escuchado una frase, ni leído nada de su vida.

El día de su muerte, para mí, fué un día normal. Con el conocimiento de la perdida de la máxima figura del catolicismo, y nada más.

Con el correr de las horas, escuchando la radio y todas las historias que se empezaron a contar entorno a el, me cayó una ficha enorme. Fuimos partícipes de un tiempo histórico que puede llegar a ser irrepetible, este Papa será irrepetible.

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Alguien que en dictadura se jugó en proteger a muchos perseguidos, haciendo que la cantidad de desaparecidos no fuera mayor aún, alguien que abogó por las minorías, por los pobres, discapacitados y el colectivo LGBTIQ+.

Pudiendo ser, desde su investidura, la persona que domine el espectro de las noticias con grandilocuencia; fué desde su humildad, uno más.

No asumió su lugar desde la superioridad, fiel a su historia, trabajo casi en silencio para cambiar la iglesia católica. Intentó que fuera más inclusiva, más humana, más terrenal.

En resumen y pensando en profundidad, sabiendo que tenía un pensamiento político marcado, puedo elucubrar una teoría. Que gran cuadro político hubiera sido, y cuánto potencial para ser presidente de la nación!!

Una persona con convicción y coraje, que piensa en la gente y no en sus propias mezquindades.

Una pena que fuera sacerdote, o tal vez no, porque este país no sabe valorar y no tiene respeto por las personas que valen la pena.

Nuestra historia muestra que San Martín fué a morir a Francia, Rosas a Inglaterra, insultamos a Maradona, a Messi, y tantos otros ejemplos que dan vergüenza.

Yo ahora estoy convencido de haber atravesado un tiempo irrepetible, fuí contemporáneo de una figura que será ejemplo para muchas generaciones y , ojalá, sea la bisagra para un futuro de cambio en la religión, en todas las religiones.

Nunca supe nada de él, hoy siento su perdida con un dolor inmenso.

Se fue un hombre Santo, no era ése que los imbéciles de turno quisieron hacer ver un monstruo.

San Francisco de Flores, desde ahora para siempre.

Mario Francisco Morlibo