Historia de la salsa brava

La salsa brava es uno de los acompañamientos más icónicos de la gastronomía española, especialmente conocida por las famosas patatas bravas. Su origen se remonta a mediados del siglo XX en Madrid, aunque su popularidad se ha extendido por toda España con distintas variantes regionales.

Se cree que la salsa brava comenzó a servirse en bares y tabernas madrileñas como acompañamiento de las papas fritas, un plato sencillo que se transformaba con el sabor intenso y picante de la salsa. Su nombre proviene de su sabor fuerte y atrevido, ya que brava hace referencia a su carácter picante.

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Aunque no hay una receta única, los ingredientes básicos suelen incluir pimentón, ajo, harina y caldo, con algunas versiones que añaden tomate o vinagre para darle un toque ácido. En algunas regiones, como Cataluña, se mezcla con alioli para suavizar el picante.

Hoy en día, la salsa brava es un clásico imprescindible en las tapas españolas, reconocida por su sabor vibrante que transforma los platos más simples en una experiencia deliciosa.

Ingredientes:

• 2 cucharadas de aceite de oliva
• 1 cucharada de pimentón dulce
• 1 cucharadita de pimentón picante
• 1 cucharada de harina
• 250 ml de caldo de pollo o agua
• 1 diente de ajo picado
• Sal y pimienta al gusto

Preparación:

1. Calienta el aceite en una sartén y sofríe el ajo picado.
2. Añade la harina y cocina por un minuto sin dejar de remover.
3. Incorpora los pimentones y mezcla rápidamente para evitar que se quemen.
4. Vierte el caldo poco a poco, removiendo hasta obtener una salsa espesa.
5. Cocina a fuego bajo por 5 minutos y ajusta la sal y pimienta.

La salsa brava es muy versátil y se utiliza principalmente en platos de tapas y bocados populares. Aquí te dejo algunas comidas donde puedes disfrutarla: