Vélez Sarsfield, consagrado como el mejor equipo del fútbol argentino en 2024, regresó a la competencia tras el parate con una actuación que despertó más interrogantes que certezas. En su debut frente a Tigre, ahora bajo la conducción de Sebastián Domínguez, quien dejó el banco del Matador para asumir en el Fortín, el campeón sufrió una contundente derrota por 3-0 y dejó en evidencia los serios desafíos que enfrenta en esta nueva etapa.

El partido comenzó con un golpe de realidad para los de Liniers. Apenas a los dos minutos, Nahuel Banegas envió un centro perfecto desde la izquierda que Ignacio Russo transformó en el 1-0 con un remate al segundo palo de Tomás Marchiori. Pero lo peor estaba por venir: solo seis minutos después, una serie de errores defensivos culminaron con otro gol de Russo, quien no perdonó y amplió la ventaja con una definición precisa.

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La desconexión del mediocampo y la falta de solidez en defensa de Vélez quedaron al desnudo. Tigre dominó sin resistencia en la primera mitad, mientras el Fortín intentaba sin éxito reorganizarse. La jornada negra para el campeón se agravó con la grave lesión de Joaquín García, una de las piezas clave del equipo. El volante sufrió la fractura del tobillo derecho en un choque con Banegas, que solo fue sancionado con tarjeta amarilla por el árbitro Andrés Gariano. La lesión obligó al ingreso del juvenil Isaías Andrada, quien irónicamente había sido notificado por Domínguez de que no sería tenido en cuenta esta temporada.

El inicio del segundo tiempo fue un calco del primero. Al minuto de juego, Tigre volvió a golpear por el sector derecho con una escapada de Martín Ortega, quien venció a Marchiori tras capturar el rebote de su propio remate y selló el 3-0 definitivo.

Sin respuestas ni reacción, Vélez fue una sombra de aquel equipo que brilló el año pasado. Apenas una ocasión aislada de Francisco Pizzini inquietó a Tigre, que manejó el trámite con tranquilidad y cerró la noche con una inyección anímica importante para encarar la temporada.

Para el Fortín, el desafío es mayúsculo. El debut de Domínguez expuso las carencias de un plantel que necesita refuerzos y trabajo para recuperar el protagonismo que lo llevó a la cima del fútbol argentino.