El Gobierno nacional implementó en 2024 un recorte sin precedentes en los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), fondos discrecionales destinados a las provincias. Según datos oficiales, las transferencias cayeron un 72% respecto al año anterior, pasando de $179.530 millones en 2023 a apenas $49.800 millones al cierre del último año, el nivel más bajo desde al menos 2017.

De las 24 provincias del país, solo diez recibieron recursos a través de este mecanismo: Misiones encabezó la lista con $13.000 millones, seguida por Entre Ríos ($6.800 millones) y Tucumán ($6.500 millones). En el extremo opuesto, distritos clave como Buenos Aires, Córdoba y Mendoza no percibieron un solo peso por este concepto.

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La Casa Rosada argumentó que los fondos se distribuyeron "en función de los requerimientos por emergencias y/o desequilibrios financieros que se reciban de los gobiernos provinciales". Además, diciembre cerró sin ningún giro de ATN, consolidando el ajuste como una de las principales herramientas de la gestión de Javier Milei para lograr el superávit fiscal.

El fondo total de ATN ascendía a $679.898 millones, pero solo el 7,3% fue efectivamente ejecutado, según un informe de la consultora Politikon Chaco. El análisis destacó que el impacto fue diverso: mientras en Misiones y Chubut representaron más del 50% de las transferencias no automáticas recibidas, en Santa Fe, Corrientes y Santa Cruz apenas alcanzaron el 10%.

La caída de los ATN refuerza una tendencia hacia un menor nivel de asistencia discrecional desde el Ejecutivo nacional, lo que genera preocupación en las provincias más dependientes de estos recursos para cubrir gastos corrientes y financiar inversiones clave.

La medida se enmarca en una política más amplia de ajuste fiscal impulsada por la actual administración, en un contexto de inflación elevada y estancamiento económico. Sin embargo, deja abierta la pregunta de cómo las provincias podrán afrontar sus compromisos en medio de un escenario financiero cada vez más restrictivo.