Las cifras del consumo siguen mostrando un panorama sombrío. Según informó el Indec este jueves, las ventas en "centros de compras" (shoppings) cayeron un 7,8% interanual en octubre, la mayor baja desde julio de este año. En tanto, las ventas de mayoristas crecieron un 2,1% respecto de septiembre, pero registraron un desplome del 22,8% en la comparación interanual, el peor registro desde enero de 2022.

El acumulado del año refleja la profundidad de la crisis: los mayoristas registran una baja del 15,4% en los primeros diez meses de 2024 respecto al mismo período de 2023. Este derrumbe coincide con un contexto de ajuste económico, caída del salario real y recesión prolongada, que afecta tanto al consumo masivo como al comercio minorista.

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Fernando Savore, vicepresidente de la Confederación General Almacenera nacional, brindó un dato elocuente sobre la situación: "Hoy llenar un changuito en un hipermercado sale entre 200.000 y 300.000 pesos", aseguró. "Muchas familias se manejan más con el día a día", añadió, destacando que los comercios de barrio han visto un aumento en el flujo de clientes debido a esta realidad.

Esta tendencia podría explicar el crecimiento intermensual registrado en los mayoristas, que abastecen a almacenes, autoservicios y supermercados de proximidad. Sin embargo, la caída interanual tanto en supermercados como en mayoristas es un reflejo del impacto de la crisis del consumo, que se profundiza a medida que la inflación desacelera.

El contraste entre las cifras intermensuales y la comparación con el año pasado evidencia cómo la dinámica económica está afectando a los distintos segmentos del comercio. Mientras las familias ajustan sus patrones de compra, la caída en las ventas sigue marcando el ritmo de una economía que busca estabilizarse en medio de fuertes tensiones sociales y económicas.