El consumo masivo, pilar fundamental de la actividad económica argentina, está atravesando los peores meses de su historia. Según cifras adelantadas por el sector supermercados a las que accedió este diario, en noviembre se registró una caída de dos dígitos en las ventas, que podría llegar hasta el 21%, indicando que esta tendencia negativa podría extenderse a diciembre. Así, por primera vez en la historia, el gasto de los hogares cumplirá un año entero con números en rojo.

La dramática caída del consumo se atribuye al mega ajuste implementado por el Gobierno de Javier Milei, el impacto de los altos tarifazos en el bolsillo de los argentinos y el desplome de los ingresos. “Ni en la peor parte de la contracción económica de Mauricio Macri se vieron cifras similares a las del gobierno libertario”, señaló un ejecutivo del sector supermercados.

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Además, altísimas fuentes de los principales comercios del país adelantaron a este diario que los pronósticos para el primer trimestre del año 2025 y la temporada de verano “son peores que la pandemia”. Esta perspectiva sombría se debe a la continua disminución del poder adquisitivo de los hogares y a una confianza del consumidor que ha sido severamente erosionada por las políticas económicas actuales.

En paralelo, tres grandes firmas de alimentos y bebidas se reunieron con intendentes de los principales partidos de la Costa Bonaerense para evaluar el impacto del dólar atrasado en la concurrencia de turistas. Según estas empresas, sus ventas, que ya están cayendo casi un 30%, podrían enfrentar aún mayores desafíos durante la temporada estival. “Habrá público joven, pero Brasil se llevará el grueso de los de más de 35 años, los que más gastan en consumo masivo”, comentaron los representantes de las firmas.

Este descenso en el consumo masivo no solo afecta a los supermercados, sino que tiene repercusiones en toda la cadena productiva y en la economía nacional en general. La reducción en el gasto de los hogares limita el crecimiento económico, incrementa el desempleo y agrava la situación de pobreza, creando un círculo vicioso difícil de romper sin intervenciones significativas.

Expertos económicos advierten que si esta tendencia continúa, Argentina podría enfrentar una recesión profunda, con efectos duraderos en la calidad de vida de sus ciudadanos. “Estamos viviendo una crisis de confianza y consumo que requiere medidas urgentes para estabilizar la economía y restaurar el poder adquisitivo de los hogares”, afirmó Nicolás Trotta, exministro de Educación y director general del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD).

En este contexto, la falta de apoyo y financiamiento del Gobierno nacional a iniciativas locales agrava aún más la situación, dejando a municipios como Quilmes y Esteban Echeverría a cargo de impulsar proyectos con fondos propios para mitigar los efectos de la crisis. La continuidad de las políticas de ajuste y desfinanciación sin una estrategia de recuperación integral pone en riesgo la sostenibilidad económica y social del país.

Con el consumo masivo en caída libre y perspectivas económicas desalentadoras, la población argentina enfrenta un panorama de incertidumbre y dificultades crecientes, mientras las autoridades buscan soluciones para revertir esta preocupante tendencia.