El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que en noviembre de 2024 una familia tipo de cuatro integrantes necesitó $1.001.466,22 para no caer en la pobreza, lo que representa un incremento del 1,5% respecto al mes anterior y un alza interanual del 156,5%. Para superar el umbral de indigencia, la misma familia debió contar con ingresos de al menos $439.240.

En paralelo, un informe del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET-UMET) reveló que la inflación para el presupuesto de un trabajador en noviembre fue del 2,9%, igual que en octubre, con un fuerte impacto de la suba en alimentos, que aumentaron un 3,3%. Este capítulo es el que mayor incidencia tiene en la canasta básica, afectando principalmente a los sectores de menores ingresos.

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El resto de los rubros mostró incrementos más moderados, con subas entre el 2% y el 3%. Educación y Comunicaciones, por ejemplo, aumentaron un 2,9%, mientras que Vivienda y Servicios Básicos subió un 2,8%. Salud (2,7%), Recreación y Cultura (2,5%), Indumentaria y Calzado (2,5%) y Equipamiento del Hogar (2,4%) también estuvieron por debajo del promedio general.

El informe del IET destacó un dato alarmante: el 43% de los asalariados no logra cubrir el costo de la canasta de pobreza, una cifra que se dispara al 77,8% entre las personas desocupadas. Este fenómeno, conocido como “trabajadores pobres”, refleja la incapacidad de los ingresos laborales para garantizar una vida digna.

“La caída en los ingresos generó un fenómeno muy perverso: el de estar incluido en la producción siendo pobre en la distribución", explicó Nicolás Trotta, exministro de Educación y director general del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD). Según Trotta, este deterioro comenzó en la segunda mitad del gobierno de Mauricio Macri y no logró revertirse durante la última gestión peronista.

Con el costo de vida escalando a niveles récord y una porción significativa de trabajadores por debajo del umbral de pobreza, la situación evidencia el creciente desafío de equilibrar salarios con el incremento sostenido de precios. En este contexto, expertos advierten sobre la necesidad de políticas urgentes para revertir la pérdida del poder adquisitivo y garantizar condiciones de vida más equitativas.