El empate 0-0 entre Huracán y Boca dejó más repercusiones por lo extrafutbolístico que por el juego en sí. En un encuentro con escasas emociones, las decisiones arbitrales y las polémicas del VAR fueron las grandes protagonistas de la noche en Parque Patricios.

Desde el inicio, las expectativas eran altas. Un potente remate de Kevin Zenón, que pasó cerca del palo izquierdo de Sergio Romero, marcó un arranque prometedor para Boca, pero fue apenas un espejismo. El resto del primer tiempo estuvo signado por los roces entre los jugadores y el público local, con Gary Medel y Marcos Rojo como focos de un tenso cruce con la hinchada. Rojo incluso recibió una bolsa de agua —o algo similar— en la cara, intensificando los ánimos.

El complemento no mejoró en lo futbolístico. Un cabezazo temprano de Rodrigo Echeverría que obligó a una respuesta de Romero fue de las pocas jugadas destacables. Pero cuando todo parecía encaminarse hacia un empate sin sobresaltos, el cierre trajo consigo el escándalo.

En una jugada clave, Walter Mazzanti, tras ganarle la posición a Marcelo Saracchi, cayó en el área en una acción que involucró a Sergio Romero. Aunque Mazzanti continuó la jugada y pudo definir, el árbitro Hernán Mastrángelo detuvo el juego para sancionar penal a favor de Huracán. Las protestas de Boca fueron inmediatas y el VAR tomó cartas en el asunto.

Tras varios minutos de revisión, Mastrángelo fue llamado a observar la repetición, que no evidenció contacto claro. El árbitro decidió revertir su decisión, anulando el penal y desatando la furia de los jugadores y el público local. Para colmo, el partido terminó abruptamente, sin darle a Huracán una última oportunidad de ataque, lo que encendió aún más los ánimos.

El empate dejó insatisfechos a ambos equipos. Huracán perdió la posibilidad de superar transitoriamente a Vélez en la tabla, mientras que Boca dejó escapar puntos importantes en su objetivo de clasificar a la próxima Copa Libertadores. Para Fernando Gago, el rendimiento del equipo alternativo fue una señal de alerta de cara al duelo del miércoles contra Vélez, donde buscará un lugar en la final de la Copa Argentina.

En un partido donde las polémicas superaron al fútbol, quedó claro que la definición de la Liga Profesional sigue llena de tensión e incertidumbre.