Hace tres años un grupo de vecinos de la ciudad cordobesa de Unquillo con profesiones y vocaciones diversas, pero con el mismo compromiso social y la búsqueda de una sociedad más justa y una fuerte responsabilidad con el cuidado del medioambiente fueron en búsqueda de un modelo productivo sustentable, dando tratamiento a los residuos verdes y compostables, produciendo bioinsumos agroecológicos. Así nació Proyecto Hormiga. En un principio como Asociación Civil. Todo nació con dos chipeadoras en desuso para limpiar el basural a cielo abierto que había en ese distrito y transformando los residuos de podas (troncos, ramas hojas, etc.) en fertilizantes y productos para la tierra tras reunirse con el Secretario de Gobierno de Unquillo.

En marzo del 2020 comenzaron a participar de la Mesa del Asociativismo de ese municipio que impulsa el INAES y a partir de allí decidieron conformarse formalmente como cooperativa, ya que actuaban como si lo fueran. En junio recibieron la Matrícula nro. 58275 como Cooperativa de Trabajo Proyecto Hormiga y notaron la diferencia.

“A partir de allí se nos abrieron muchísimas puertas. Gracias a los convenios con el INTA y el INTI que tiene el INAES estamos trabajando con ellos. Así como también nos ayudó a acceder a créditos a tasas más bajas. Hoy triplicamos o cuadriplicamos lo facturado en el 2018. Ya podemos decir que actualmente chipeamos el total de los residuos de poda del municipio. Hoy estamos comercializando tres productos que salen del reciclado de los residuos de poda, el Bokashi, el chip (o Mulch) y tierra fértil que de tanto procesar la poda ya obtenemos tierra. Ahora también estamos produciendo mantillo que de esta manera protegemos el monte, porque en general se obtiene de quitárselo al monte que requiere de muchos años para recuperar.” Cuenta Diego Dragotto, uno de los socios fundadores, de Proyecto Hormiga.

El Bokashi es un fertilizante orgánico de origen japonés, en tanto el mulch Protege el suelo y mejora su estructura, favorece el desarrollo radicular, reduce el crecimiento de malezas, aporta materia orgánica y nutrientes, regula la temperatura del suelo, entre tantos beneficios.

Originalmente venden dichos productos a viveros, hoy ya lo hacen a mayor escala vendiéndole a los productores. En algunos casos aprovechan para realizar trabajos sociales, ya que en algunos casos a los productores les proveen en canje por frutas y verduras que Proyecto Hormiga reparte en comedores de la zona. Así como también cuenta Dragotto: “cuando procesamos la poda, los troncos con motosierras que tenemos lo transformamos en leña que llevamos a comedores y merenderos”.

A partir de la pandemia crearon un producto innovador: la Practi Huerta que nace al ver que el público buscaba la manera de hacer pequeñas huertas caseras en espacios reducidos. Entonces comenzaron a desarrollar una original propuesta que tuvo una excelente receptividad, consta de una bolsa (que servirá como cobertor de un cajón de fruta de madera), tierra fértil, Bokashi, Mulch, semillas de verduras de estación y un instructivo.

Si bien actualmente la cooperativa de trabajo mantiene los diez socios originales, ya tienen una cantidad de empleados que aspiran a que pronto se incorporen como asociados. El crecimiento continúa. En la actualidad ya trascendieron las fronteras de Unquillo y sus alrededores ya que ingresaron con fuerza en Sierras Chicas y en Córdoba Capital. Todo esto se puede ver en el sitio www.proyectohormiga.com.ar.

Según cuenta Dragotto, que es especialista en economía circular, piensan seguir haciendo convenios con otras Mesas de distintas ciudades para nacionalizar un producto que revaloriza los servicios ecosistémicos y mantener el compromiso social más allá de Córdoba.