A pesar de los indicadores que muestran una recuperación en algunos sectores de la economía, el consumo masivo sigue en caída y deja al descubierto la compleja situación de los consumidores. En octubre, la venta de productos de consumo masivo cayó un 20% en comparación con el mismo mes de 2023, una cifra que, de confirmarse, representaría la segunda peor caída interanual del año, según datos adelantados por especialistas a El Destape.

En las redes sociales, el hashtag “Se terminó la recesión” se convirtió en una tendencia impulsada por trolls y militantes de La Libertad Avanza, luego de que el presidente Javier Milei retuiteara el informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Este informe mostró un crecimiento del 2,9% en las ventas de pymes en octubre, dato que fue recibido con optimismo en los círculos oficiales. Asimismo, el Centro de Investigación del Ciclo Económico (CICEC) de las Bolsas de Comercio de Rosario y Santa Fe destacó que la actividad económica acumuló seis meses consecutivos de suba intermensual, gracias a un repunte en sectores como la construcción (8,6%), la producción industrial (4,6%) y el patentamiento de vehículos nuevos (31,2%).

Pero, a pesar de estas señales de recuperación, el consumo masivo permanece desacoplado. Los analistas indican que esta baja en el sector no solo responde a la crisis actual, sino también a la alta base de comparación con los meses de septiembre a noviembre de 2023, cuando las medidas implementadas por el entonces ministro de Economía Sergio Massa -como los bonos de suma fija y la eliminación del IVA en productos de la canasta básica- alentaron el consumo tras la devaluación post-PASO. Sin estos incentivos, el consumo de bienes esenciales experimenta una profunda caída, con una contracción acumulada del 11,9% entre enero y septiembre de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior.

“La crisis del bolsillo sigue”, advierten los especialistas, quienes señalan que el bajo poder adquisitivo y los ajustes tarifarios que aumentan los gastos fijos de los hogares son factores clave en este desplome. Además, el acceso a créditos y las promociones en sectores como electrodomésticos desvían parte del consumo hacia otros rubros, afectando directamente la compra de alimentos y productos básicos.

“Fue lo último en caerse y va a ser lo último en recuperarse. No creo que veamos un dato positivo hasta marzo o abril”, pronostica un analista del sector. Con los salarios reales todavía rezagados respecto de la inflación, la recuperación del consumo masivo se ve lejana, incluso si otros sectores de la economía muestran un tímido crecimiento.

En definitiva, aunque desde el gobierno y algunos sectores económicos se habla de una recuperación incipiente, el desplome en el consumo masivo refleja una realidad diferente y advierte sobre las dificultades persistentes que enfrentan los hogares argentinos.