River Plate enfrentó este martes el desafío de dar vuelta el 0-3 sufrido en Belo Horizonte contra Atlético Mineiro, en las semifinales de la Copa Libertadores 2024. A pesar del dominio en gran parte del encuentro y del aliento incesante del público en un Estadio Monumental colmado, el equipo de Gallardo empató sin goles, despidiéndose del certamen continental.

Desde el arranque, River mostró su intención de atacar y buscar una hazaña épica. Sin embargo, le faltó precisión en los últimos metros y Éverson, el arquero de Mineiro, tuvo una noche excepcional, frustrando varios intentos de gol. Durante la primera mitad, River tuvo control de la pelota, pero le costó generar peligro claro, y fue Atlético Mineiro quien estuvo cerca de abrir el marcador en una contra que Armani resolvió con solvencia en un mano a mano ante Deyverson.

El arbitraje también sumó polémicas. Wilmar Roldán, encargado de impartir justicia, decidió no expulsar al defensor Lyanco, amonestado en el primer tiempo, lo que llevó al técnico Gabriel Milito a reemplazarlo en el entretiempo. Gallardo, en cambio, apostó a la juventud y talento de Claudio Echeverri y Franco Mastantuono, quienes sumaron frescura y dinamismo al ataque millonario. No obstante, la defensa de Mineiro y las intervenciones de Éverson lograron mantener su arco en cero.

River estuvo a punto de recibir un golpe definitivo al inicio del segundo tiempo, cuando un disparo de Gustavo Scarpa pegó en el travesaño, seguido de una salvada heroica de Armani ante Deyverson. Gallardo intentó reforzar el ataque con el ingreso de Gonzalo "Pity" Martínez, mientras la hinchada explotaba en apoyo, pero la fortuna seguía esquiva para el conjunto argentino: el Pity convirtió de tiro libre, pero el gol fue anulado ya que el árbitro no había dado la orden.

En la última jugada, Maxi Meza tuvo una oportunidad clara con un disparo que se estrelló en el palo derecho, dejando a River sin el gol que tanto necesitaba para al menos despedirse con una victoria.

A pesar del esfuerzo, el sueño de River en la Copa Libertadores llegó a su fin, en una noche en la que el equipo de Gallardo mostró entrega y dominio, pero careció de la precisión necesaria y terminó sucumbiendo ante el férreo planteo de Atlético Mineiro.