En La Libertad Avanza (LLA), Esteban Trebuc lidera, dejando a muchos heridos en el camino, quienes han puesto todo su esfuerzo.
En la última semana, ha corrido el rumor de que el inefable Adormi sería candidato el próximo año, y lo reemplazaría el periodista militante Trebuc. ¿Será cierto?
Estoy en condiciones de afirmar que Milei sí es un fenómeno barrial, y no es irónico.

Al día siguiente, salió la entrevista con la diva de los teléfonos, Susana Giménez. La octogenaria salió al balcón, invitada por el mandatario, en el mismo momento en que se daba a conocer el índice de pobreza: un número aterrador y vergonzoso, 52.9% en el último semestre, el más alto en 20 años.
Susana, fiel a su eterno beboteo demodé, preguntó: "¿Qué le dirías a los viejitos que están en su casa y cobran la mínima?".
¿Viejitos de 70, 64, como la primera dama? ¿O de 80, como ella también? ¿O cambia la generación según cuánta plata tenés?

En medio de toda esta mezcolanza y un discurso leído y poco entendible de Karina "El Jefe", llegamos a la marcha federal por la universidad pública.
Masiva, sin distinción de clases, donde muchos políticos de distintos signos estuvieron presentes: desde Massa, Carrió, Larreta, Manes, Lousteau, hasta Moreno y CFK.
Esto es justamente lo que la población les pedía: que se jueguen, porque muchos de ellos fueron votados para representarlos.
La marcha no solo fue multitudinaria en la capital, sino también en varias provincias. Cabe destacar que hubo políticos en una marcha del pueblo.

Esto sucede en cualquier país democrático, donde la gente se expresa en las calles cuando es necesario decirles a los dirigentes "NO".
Un gobierno que no entiende los mecanismos de la libertad es un gobierno autoritario.
En 40 años de democracia, con altos y bajos, esta premisa ha sido comprendida. Y aunque hemos sido afectados por actos represivos, que representan una ruptura entre el derecho del ciudadano y los poderes, siempre nos hemos manifestado hasta llegar al veredicto final: el momento de emitir el voto.

Recortar todos los presupuestos, incluso en áreas vulnerables como salud, alimentos y educación, es un retroceso que no sucede en ninguna otra parte.
¿Desde cuándo naturalizamos que debemos pedir educación pública? Esto es un derecho que nadie ponía en duda. Somos admirados por el mundo por la calidad educativa; tenemos cinco premios Nobel que surgieron de universidades públicas.
La movilidad ascendente implica que todos tengamos los mismos derechos, y esa es la tarea de un gobierno. El tan mentado superávit fiscal no tiene sentido si los números cierran dejando a la población afuera, hambrienta, desempleada, indigente, con tarifas dolarizadas y salarios en pesos, y magros.

Al presidente, que tanto le gustan los números con cálculos poco veraces, sería importante pedirle que haga estos: ¿cómo un jubilado que cobra la mínima de 244.320 pesos paga la medicación, a la cual le quitaron la gratuidad, costando 100 mil pesos? ¿Cómo paga la luz de 150 mil, el alquiler, el gas, el transporte y, además, comer, cuando muchos ya lo hacen en comedores o una vez al día?

Milei veta la ley de presupuesto educativo. A base de DNU y vetos gobierna, ignorando los otros poderes.
Ignora al pueblo, festejando con asado junto a los diputados que le dan la espalda a sus votantes. Ese asado que ningún argentino de clase trabajadora ya puede comer.
Los invito a reflexionar y a hacer cuentas reales: ¿cuántos fueron a Parque Lezama y cuántos a la marcha del 2 de octubre?
¿Cuál fue el porcentaje de aceptación con el que Milei ganó, y cuánto mide hoy en las encuestas?
¿Cuánto gastó en viajes personales por el mundo y cuántas veces viajó dentro de su país?
¿Cuántas pymes cerraron? ¿Cuántas empresas se fueron del país?

El pueblo jamás se rinde, debería saberlo.

Carla Echichure Castro