Las fotos de Olivos reflejan la gestión más allá de los proyectos políticos o, en particular, este, que es una epifanía carente de políticas de Estado, o viciada por un derrumbe del armado estructural que conforma un país.
La gente comienza a erupcionar verbalmente y a través de la violencia, al no poder hacer frente a las impagables tarifas de luz, gas, agua, TV por cable, celular, prepagas, alimentación y medicamentos.

A esto se suman los despidos, la falta de posibilidades laborales, la caída de la industria, las pymes, la apertura indiscriminada a la exportación, el éxodo de corporaciones y la falta de inversiones.
Pero no solo esto sucede en el país, también padecemos un feroz incendio en Córdoba, donde poblaciones enteras vieron desaparecer sus viviendas, devoradas por el fuego.

Como el Estado no está presente, crece la malnutrición en las edades más tempranas y también en los adultos mayores. Según el último informe de la ONU, más de un millón de niños no hace las cuatro comidas diarias y mucho menos crecen con la alimentación adecuada. Cito un fragmento del informe: El Comité de los Derechos del Niño de la ONU presentó el jueves en Ginebra un informe crítico hacia el Gobierno argentino, donde cuestiona el debilitamiento de las políticas públicas enfocadas en la niñez y alerta sobre el preocupante incremento de la pobreza entre los más jóvenes.

Haciendo caso omiso, desde Capital Humano no se dio la orden de que salga ni un litro de leche.

Mientras tanto, la ministra Sandra Pettovello visitó al papa Francisco. Aunque no trascendió el contenido de la conversación, podemos deducir algo de lo que el pontífice opina, ya que horas después de dicha reunión, en una charla con los movimientos sociales de Latinoamérica, Francisco fue terminante: "Vi un video donde se reprime a jubilados; entre la justicia social y los gases, eligen los gases, que además son más caros que la jubilación mínima".
La justicia social es parte de la doctrina eclesiástica, una virtud moral de la doctrina social de la iglesia.
Milei sostiene que la justicia social es una aberración.

El último fin de semana, mientras Córdoba y sus bellezas naturales se extinguían, en EE.UU. el presidente, su hermana la ministra Bullrich y el ministro Caputo se divertían sacándose fotos con Elon Musk. Inferimos que fue una visita amistosa, ya que no se habló de inversiones.
Pero luego vino el plato fuerte: Wall Street, donde el economista tocó la campana, realizó una arenga y defendió su plan económico frente al rostro atónito de los corredores, al tiempo que en nuestro país las acciones se desplomaban un 3%.

Javier Milei pronunció un duro discurso contra la ONU, tildándola de "comunista" y acusándola de imponer "una agenda ideológica". En su intervención, criticó la Agenda 2030, asegurando que profundizará la pobreza, la desigualdad y la discriminación. También se espera que aborde temas como el socialismo, el cambio climático y las políticas de género.

Contrario a la posición diplomática de décadas adoptada por el Estado argentino, sin distinción de ideología, el mandatario se bajó de la Agenda 2030 y rompió con la neutralidad, dejando en peligro a los 47 millones de argentinos.
Críticas de todo el mundo cayeron sobre las palabras de dicho discurso y el rompimiento con la agenda de futuro. Más allá de dejarnos del lado de solo 8 países, entre ellos Rusia, China, Irán, Afganistán, Venezuela, entre otros, nos vamos aislando del mundo.

También hubo palabras de rechazo al cambio climático, pero el cambio es literalmente para atrás.
En todas las facetas retrocedemos: nos acercamos más al 1800 que al 2024, perdiendo apoyo, credibilidad y dejando a los ciudadanos a merced de un mercado que cruje, dejándolos afuera.

Mientras, la oposición con sus disputas comienza a organizarse.
¿Será que se vislumbra un 2001?

Carla Echichure Castro