Este viernes, Cristina Fernández de Kirchner reapareció en un acto en la Universidad Nacional del Oeste, en Merlo, donde recibió el título honorífico de Doctorado Honoris Causa. Durante su intervención, la vicepresidenta se enfocó en cuestionar la política económica del presidente Javier Milei, con quien había intercambiado duras palabras en redes sociales la semana anterior. "Presidente, lárguelo a (Milton) Friedman, cace el manual argentino y siéntese a administrar el país", disparó Fernández de Kirchner, en una exposición que apuntaba a desacreditar el enfoque económico libertario.

La vicepresidenta no dudó en tildar a Milei de "lunático" y "mentiroso", acusándolo de "pactar con la casta para joder a los jubilados". También ironizó sobre la influencia de las teorías económicas de la escuela austríaca en la gestión presidencial. "El problema era la emisión y todo se iba a solucionar mágicamente, ¿no? Bueno, parece que no", afirmó en referencia a las dificultades económicas que enfrenta el gobierno actual.

En su análisis, Fernández de Kirchner desmanteló varios puntos del discurso del presidente, recordando los desafíos históricos que enfrentó Argentina hace más de un siglo, como la mala salud pública y las enfermedades endémicas, y rechazando la narrativa de que el país vivía un "paraíso perdido" antes del surgimiento del peronismo. "Basta de engañar a nuestros pibes. Si estábamos tan bien, ¿por qué te crees que vino el peronismo, hermano?", sentenció.

La expresidenta también se refirió al ministro de Economía, Luis Caputo, y las contradicciones en torno a su gestión, recordando cuando Milei lo criticaba duramente en el pasado. "Hace cinco años lo cuestionaba por haberse 'fumado más de 15 mil millones de dólares', y hoy es su ministro", ironizó.

El discurso de Cristina Fernández de Kirchner llegó en un momento de tensiones internas dentro del peronismo, aunque la vicepresidenta se centró en atacar al gobierno libertario en lugar de profundizar en las disputas internas del movimiento. La presencia de figuras como Axel Kicillof y Wado de Pedro en el acto reflejó un intento de unificar al espacio en torno a una agenda opositora común.

Finalmente, Fernández de Kirchner se dirigió a una multitud de militantes que la esperaba afuera del recinto universitario, llamando a "recuperar el sueño del progreso" y a la unidad entre los argentinos. "Tenemos que ponerle mucho corazón a todo esto", dijo, visiblemente emocionada, y pidió a los militantes recorrer los barrios para recuperar "el amor entre los argentinos".