Después de un sexenio en la presidencia de México con un crecimiento exponencial para dicho país, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) deja la presidencia con el 70 % de imagen positiva. Por primera vez en 200 años, el país azteca, por una mayoría arrolladora (30 puntos arriba del segundo), elige por voto democrático a una mujer como mandataria.

Se trata de la científica humanista Claudia Sheinbaum, especialista en cambio climático y energías. Claudia se ha destacado en su carrera, pasando por diferentes espacios en la temática. Formó parte, como autora, del grupo que junto a Al Gore fue galardonado por el trabajo "Cambio climático, mitigación" del Premio Nobel.

Su trayectoria política la ha llevado a fundar su propio partido, Morena. Fue jefa de gobierno de la Ciudad de México y hoy es la primera mujer presidenta del norte. Si bien es cierto que la inseguridad a niveles alarmantes se refleja en 36 candidatos muertos en la última campaña y el narcotráfico es una problemática que México y EE. UU. en sus fronteras no han podido combatir, el ciudadano común de un pueblo sufrido, humilde y trabajador ha reparado sus diferencias clasistas entre una sociedad desigual que de a poco se acerca más debido a las políticas implementadas.

"Cuando una mujer llega a lugares preponderantes, todas llegamos con ella" fueron las palabras de Sheinbaum en su campaña y esa es la consigna de la que nos sentimos parte, porque la lucha por la igualdad de género sigue para nosotras en cualquier lugar del mundo.

Mientras en Argentina vivimos una especie de retroceso en derechos y cuestionamientos en los adquiridos, este triunfo nos recuerda que el mundo camina por otros senderos. Querer volver dos siglos atrás es solo una visión arcaica de un jefe de estado que no quiere serlo y va por los países sumando millas más que logros en casa, hablando de hechos inverosímiles para los interlocutores y sesgados de credibilidad en la realidad de la que el resto de los argentinos es protagonista.

Discutimos todo, estupidizando todo. Vivimos presos de algoritmos, fotos de cabotaje con millonarios que no vienen ni invierten en el país. Rompemos relaciones con el mundo para cumplir los sueños adolescentes de un viajero que busca sanar o reparar su pasado. Es visto con total normalidad por algunos periodistas que el presidente declare en una conferencia que a nadie le falta de comer porque de lo contrario se moriría y no hay gente muerta de a decena en las calles. Además, antes de morir harían algo... ¿Qué sería hacer algo? ¿Saqueos? ¿Robo? ¿Suicidio? Tan brutal como cruel, con galpones de comida esperando vencimiento.

Entonces nos preguntamos dónde está la oposición que sabe de esto y esperó 6 meses a que se destape la corrupción del actual gobierno. Corrupción son los sobresueldos, pero también dejar de proveer a los necesitados de algo tan básico como los alimentos en una sociedad con niveles del 50 % de indigencia. Pensar en los o un solo niño sin leche ni pan en este momento es corrupción, señores.

Mientras todos atienden su juego, propios y ajenos, con discursos rimbombantes para la tribuna y arreglos espurios en el poder legislativo. Pero de sobrevivir a esto hay buenas noticias, lectores: solo dura 4 años y tal vez, si maduramos, si abandonamos el individualismo, podamos retomar un camino igualitario conforme al mundo desarrollado y a sociedades que ya cumplieron la mayoría de edad.

Por hoy nos queda observar con cierta esperanza a México y desearles mil enhorabuenas a su PRESIDENTA y a los millones de pobladores que renuevan sus sueños y eligen avanzar, jamás retroceder.

Carla Echichure Castro