El ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires, Roberto García Moritán, ha sido señalado por nombrar a dedo a 384 personas desde su asunción en diciembre pasado, según el Boletín Oficial de la Ciudad. En algunas direcciones, llegó a designar más de 30 empleados en un solo día. Esta situación ha elevado los gastos del ministerio en más de 300 millones de pesos mensuales.

Desde su asunción en diciembre, García Moritán, esposo de la famosa modelo Pampita Ardohain, ha transformado su ministerio en una bolsa de trabajo, con sueldos que en algunos casos superan el millón y medio de pesos. Según un relevamiento de Página/12, estas designaciones han generado un incremento de más de 300 millones de pesos por mes en los gastos del Estado porteño.

Las designaciones son llamativas tanto por su cantidad como por la rapidez con que se realizaron. En la Dirección General Técnica, Administrativa y Legal, García Moritán nombró a 32 empleados en un solo día. En la "Unidad Ministro" designó a 20 más, sumando un total de 52 contrataciones oficializadas en el Boletín Oficial el miércoles 31 de enero de este año.

Otras áreas con numerosos nombramientos incluyen la Dirección General Distritos Económicos, con 19 designaciones, y la Dirección General Simplificación Normativa, con 12 más. Además, en la Dirección General Desarrollo Gastronómico, el rubro de negocios del ministro, se designaron 15 personas.

García Moritán también aprovechó para colocar a familiares de sus compañeros de partido, como Aylén Santoro, hermana del legislador Yamil Santoro, quien recibe un sueldo de 947 mil pesos mensuales con aumento incluido en marzo.

Curiosamente, antes de asumir, García Moritán se había vanagloriado de denunciar a los “ñoquis” ajenos. Durante un debate en la Legislatura porteña a mediados de 2022, gritó "¡ñoquis, inútiles!" a los legisladores de Unión por la Ciudad. "Los que somos gente de bien no le tenemos miedo al esfuerzo, a ponernos a prueba, a competir", afirmó. Un año después, en un cruce televisivo con Alejandro Bodart del FIT, lo llamó “chupasangre” y amenazó con "cortarle el chorro". Ahora, en funciones, parece haber abierto ese chorro para su propio beneficio.