CULTURA
21 de abril de 2024
EL MÁS PÚA
En clave lunfarda, y como para confirmar que el desparpajo no impide dar cuenta del respeto, de la gratitud ni del amor, Alicia Esain escribió esta breve biografía de un hombre grande de la historia nacional, aquel que era abogado y que para servir a la Patria se hizo soldado.
EL MÁS PÚA
El chabón fue bien argento desde el origen: madre santiagueña y padre tano. Tuvo cuna de oro y hay que decirlo, supo aprovecharla. Cruzó el charco y estudió leyes. No se doctoró, no iba a pagarles una comilona a los profesores, requisito indispensable para lograr el galardón.
Se volvió al pago con un alto nombramiento en la burocracia española. Dicen que se trajo encima el “mal francés” corriendo por su sangre. (Frondoso el catálogo de minas que recibieron sus atenciones, se comentó). Su sabiola vino llena al tope de ideas fuleras, de ésas que nadie entendía mucho, aunque se sabía que eran peligrosas. Se había leído de cabo a rabo a Roussseau, a Montesquieu y a otros fulanos parecidos…Prohibidísimos, pero a él no le importó, pisaba fuerte.
En lo mejor de la milonga de su puesto en el Consulado, se mandó dos que lo apuntaron para rey de la gilada: no coimeó y encima, se le dio por ser revolucionario.
Peor no le pudo ir, lo pusieron de general, lo mandaron al muere y cuando perdió, lo trataron como a un chorro. Toda su guita la invirtió en sus ideas, no le quedó ni para el tiro del final!! ¿Dónde se vio que alguien en vez de forrarse estando arriba, quedase solo, seco y hecho un gil?
Dejó dos hijos de dos bellas muchachas para no desmentir su fama de galán. También los colores que el Diego y Lionel llevaron al tope y nos llenaron de felicidad. ¡Casi un total fracaso de vivir! Lo salvaron los trapos…
ALICIA ESAIN
COMPARTIR:
Notas Relacionadas
Comentarios
17.5°C
Seguinos