EDUCACIóN
2 de abril de 2024
Por qué invertir en la educación de niñas y mujeres es una decisión inteligente
La UNESCO ha publicado una nueva ficha informativa que muestra que la inversión en la educación de las niñas ha dado resultados muy positivos en las dos últimas décadas.
Los datos más recientes revelan que actualmente hay menos niñas sin escolarizar que niños, y que hay más mujeres matriculadas en la enseñanza superior que hombres en todo el mundo. No obstante, aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar la igualdad de género en la educación a escala mundial.
Esto es lo que hay que saber sobre los últimos datos y por qué es esencial invertir en la educación de niñas y mujeres.
¿Cuáles son las últimas tendencias en materia de educación de las niñas?
A pesar de los avances realizados, 122 millones de niñas siguen sin asistir a la escuela en todo el mundo. La desventaja de las niñas se ve agravada por diferentes factores. Un factor importante es la pobreza. En Côte d’Ivoire, por ejemplo, hay 72 mujeres jóvenes escolarizadas -de las cuales solo 22 mujeres jóvenes pobres- por cada 100 hombres jóvenes.
Otro factor es la ubicación. En Mozambique, por ejemplo, hay 73 mujeres jóvenes escolarizadas por cada 100 hombres jóvenes. Sin embargo, mientras que en las zonas urbanas hay paridad entre los sexos, en las regiones rurales hay 53 mujeres jóvenes escolarizadas por cada 100 hombres jóvenes.
Las diferencias regionales también tienen una incidencia determinante en la escolarización de las niñas. En África Subsahariana no se ha alcanzado la paridad de género en la matriculación en ningún nivel educativo.
Aunque a escala mundial las niñas han alcanzado e incluso superado a los niños en lo relativo a la culminación del ciclo de enseñanza secundaria, sólo 94 mujeres jóvenes terminan la enseñanza secundaria por cada 100 hombres jóvenes en Asia Central y Meridional. Esta disparidad también persiste en África Subsahariana, donde, a pesar de los progresos realizados, sólo 88 mujeres jóvenes completan el ciclo de educación secundaria por cada 100 hombres jóvenes.
Las niñas obtienen mejores resultados que los niños en lectura. En todo el mundo, por cada 100 niños que adquieren capacidades de lectura al final del primer ciclo de educación secundaria, hay 115 niñas con estas capacidades. Los niños tienen una pequeña ventaja sobre las niñas en matemáticas en primaria, pero esto se invierte en el primer ciclo de secundaria. Sin embargo, los niños tienden a tener una ventaja considerable sobre las niñas en matemáticas en cuanto a los rendimientos.
Por otra parte, mientras que las mujeres jóvenes superan en número a los hombres jóvenes en la universidad en todo el mundo, sólo el 9% de las mujeres jóvenes se matriculan en la enseñanza superior cuando la enseñanza primaria y secundaria no es obligatoria ni gratuita.
¿En qué países urge más avanzar en lo relativo a la educación de las niñas?
Nueve de los 10 países con la tasa más alta de niñas sin escolarizar se encuentran en África Subsahariana. El décimo país es Afganistán. En 8 de estos 10 países, al menos el 50% de las niñas en edad escolar no están escolarizadas; en Afganistán, el 75% de las niñas no están escolarizadas. Estas tasas son escalofriantes y deben bajar urgentemente.
¿Cuáles son los beneficios de invertir en la educación de las niñas?
A escala mundial, se calcula que la pérdida de capital humano debido a las desigualdades de género alcanza unos 160 billones de dólares, lo que equivale aproximadamente al doble del valor del PIB mundial.
Educar a las niñas tiene una enorme repercusión social pues aumenta la capacidad de acción de las mujeres, su poder de decisión y su nivel de vida. También tiene repercusiones positivas para la salud y la nutrición de sus hijos. La educación puede contribuir a erradicar el matrimonio infantil y los embarazos precoces y no deseados.
Asimismo, aumenta el acceso de las mujeres a un trabajo digno e impulsa el desarrollo económico.
Es urgente pasar a una economía ecológica. ¿Por qué es crucial invertir en la educación de las niñas y las mujeres para lograrlo?
Invertir en la educación de las niñas y las mujeres es una inversión inteligente para la transición ecológica. Sabemos que las mujeres tienen más probabilidades de crear empresas centradas en el desarrollo sostenible. Sin embargo, las niñas y las mujeres están menos preparadas y representadas en los empleos ecológicos. Estos empleos requieren conocimientos y capacidades en el ámbito de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM). Pero el género es uno de los factores principales de la probabilidad de cursar estudios y carreras en STEM.
En 30 de 121 países, menos del 20% de los licenciados en ingeniería son mujeres. En 61 de 115 países, menos del 30% de los licenciados en informática son mujeres. No podemos permitirnos perder las ideas innovadoras de las mujeres. También sabemos que cuando la educación abre oportunidades de liderazgo a las niñas en la edad adulta, su participación en la política nacional puede llevar a los países a adoptar políticas más respetuosas con el medioambiente.
¿Qué podemos hacer para seguir mejorando la educación de las niñas?
Los gobiernos y los asociados deben invertir en varias esferas fundamentales para garantizar que todas las niñas del mundo realicen el derecho y tengan la posibilidad de completar un ciclo completo de educación básica. De conformidad con las Declaraciones de Incheon y París, los gobiernos deberán asignar a la educación al menos entre el 4% y el 6% del PIB y entre el 15% y el 20% del gasto público total. Como se destaca en el llamamiento a la acción sobre la financiación de la educación, emitido por la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, la inversión en educación debe dirigirse a las personas más marginadas.
Esto incluye la inversión en la recopilación, el análisis y el uso de datos sobre la educación de las niñas y en el desarrollo de sistemas de aprendizaje que transformen la perspectiva de género.
Esto implica que los sistemas educativos deben crear materiales para la enseñanza y el aprendizaje adecuados para transformar la formación de los docentes en favor de una pedagogía transformadora de la perspectiva de género. Los gobiernos también deben invertir en la nutrición, el saneamiento y la higiene en las escuelas. La prevención de la violencia vinculada a las cuestiones de género en la escuela y el suministro de una educación integral en sexualidad también son fundamentales para mantener a las niñas en la escuela. Y lo que es más importante, los gobiernos deben proporcionar, sin discriminación, 12 años de educación de calidad, inclusiva, equitativa, gratuita y pública. Esto implica sobre todo que la escuela sea asequible, al reducir los costes directos y de oportunidades de escolarización mediante transferencias en efectivo o en especie para las familias pobres.
Fuente: unesco
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