La evolución de las epidemias de dengue en Argentina ha experimentado cambios notables en los últimos años. Anteriormente, los casos solían aumentar de manera acelerada en febrero, pero esta tendencia se ha modificado recientemente.

En 2023, por ejemplo, se registraron casos incluso durante el invierno, con picos de incidencia entre febrero y marzo, seguidos de otra aceleración en diciembre pasado. Esta variabilidad en la temporada de transmisión ha llevado al país a enfrentar un riesgo de superar los casos acumulados de la temporada anterior.

Los expertos en infectología y ecología advierten que es probable que en 2024 se superen los registros anteriores. La vigilancia del dengue se realiza por temporadas epidemiológicas, adaptándose a la dinámica del virus, que suele mostrar un pico durante el verano y una disminución hacia el otoño.

En la temporada actual, ya se han reportado más de 95,000 casos en todo el país, con un aumento significativo en 2024. La semana con más casos fue la tercera de febrero, alcanzando un total de 15,692 casos notificados.

La distribución geográfica de la epidemia también ha cambiado, con un aumento inicial en el Noreste en diciembre y una posterior expansión hacia el centro y Noroeste del país en enero. La provincia de Buenos Aires lidera los casos, seguida de cerca por la Ciudad de Buenos Aires.

Se han identificado tres de los cuatro serotipos del virus del dengue en Argentina, siendo el serotipo DEN-2 el predominante. Además, se han reportado 47 muertes relacionadas con el dengue en 2024, con casos distribuidos en varias provincias.

Las condiciones climáticas, con pronósticos de lluvias normales o superiores a lo normal en ciertas regiones, podrían favorecer la proliferación de mosquitos, aumentando el riesgo de infección por dengue.

Ante esta situación, se insta a la población a tomar medidas para prevenir la propagación del virus, como la eliminación de criaderos de mosquitos y el uso de repelente. A pesar de la gravedad de la situación, la vacuna contra el dengue no se incluye actualmente en los programas nacionales de inmunización.

Según el Ministerio de Salud de la Nación de Argentina las recomendaciones son:

Eliminar todos los recipientes en desuso que puedan acumular agua (como latas, botellas, neumáticos).

Si los recipientes no pueden eliminarse porque se usan de modo frecuente, debe evitarse el acceso del mosquito a su interior. Para eso se recomienda: tapar tanques, aljibes y/o cisternas; dar vuelta baldes, palanganas, tambores, etc.; vaciar y cepillar frecuentemente objetos que puedan acumular agua y poner al resguardo bajo techo recipientes (por ejemplo, botellas retornables).

Cambiar el agua de bebederos de animales, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia, dentro y fuera de la casa, cada 3 días. Se deben frotar las paredes de los recipientes con una esponja o cepillo para desprender los huevos del mosquito que puedan estar adheridos.

Rellenar los floreros y porta-macetas con arena húmeda.

Mantener los patios y jardines limpios, ordenados y desmalezados.

Limpiar canaletas y desagües de lluvia de los techos.

Verter agua hirviendo en las rejillas y colocar tela mosquitera.