El formato MP3 (MPEG-1 Audio Layer III) fue desarrollado por un equipo de investigadores del Instituto Fraunhofer en Alemania a principios de la década de 1990 y se hizo público en 1993. Sin embargo, fue en 1995 cuando se utilizó por primera vez la extensión de archivo .mp3 para archivos de audio comprimidos en MPEG-1 Audio Layer III o MPEG-2 Audio Layer III.

El formato MP3 revolucionó la forma en que se distribuía y consumía música y sonidos a través de dispositivos electrónicos digitales. Antes de su introducción, los archivos de audio solían ser grandes y ocupaban mucho espacio de almacenamiento, lo que dificultaba su transferencia y reproducción en dispositivos con capacidades limitadas.

La tecnología MP3 permitió comprimir el tamaño de los archivos de audio sin una pérdida significativa de calidad de sonido perceptible para la mayoría de las personas. Esto se logró utilizando un algoritmo de compresión que eliminaba las partes del sonido que el oído humano es menos sensible a percibir. De esta manera, se redujo el tamaño de los archivos de audio en gran medida, lo que facilitó su transferencia, almacenamiento y reproducción en dispositivos digitales como reproductores de MP3, computadoras y más tarde, teléfonos móviles y otros dispositivos portátiles.

El formato MP3 se convirtió en el estándar de facto para la música digital y permitió la proliferación de la música en línea, el intercambio de archivos de audio a través de Internet y el surgimiento de plataformas de descarga y streaming de música. Además, impulsó el desarrollo de nuevos dispositivos y tecnologías relacionadas con la reproducción de música digital.

Aunque el formato MP3 ha sido ampliamente adoptado y utilizado durante décadas, en los últimos años ha perdido popularidad frente a otros formatos de audio más eficientes en términos de tamaño y calidad, como el AAC (Advanced Audio Coding) y el OGG Vorbis. Sin embargo, el legado del MP3 en la historia de la música y la tecnología digital sigue siendo significativo.