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11 de junio de 2023

EL LUGAR DEL SER

Roberto Juarroz (1925-1994) fue un poeta argentino que escribió durante cuatro décadas una obra singular, a la que llamó siempre Poesía Vertical. Publicó 13 libros en vida y el decimocuarto fue dado a conocer después de su muerte por eso se lo nombró Póstumo. En uno de los poemas póstumos, Juarroz nos propone distintas versiones del mundo, definidas por el lugar que ocupa la experiencia, para finalizar afirmando que ser no es un lugar, que ser no necesita lugar. El mundo es el lugar donde aprendemos que ser no necesita lugar ─dice Juarroz.  Mónica Persano y Alicia Gugliotti han escrito un microensayo cada una, respondiendo, una autora en disidencia, la otra a favor, al postulado del poeta.

El ser situado      

Yo soy yo y mis circunstancias

Si ella no se salva, yo no me

salvo.

Ortega y Gasset

 

Este texto surge como una respuesta a los dos últimos versos del poema póstumo 94, de Roberto Juarroz: “ser no es un lugar”,“ ser no necesita lugar”. Ahora bien, posicionados en el epígrafe del filósofo español, sostenemos que hay circunstancias, específicamente las coordenadas espacio-temporales, que nos atraviesan, nos condicionan, nos identifican. Si pensamos qué hubiera sido de nosotros si hubiéramos nacido en el año 1700, en un pueblo de África, seguramente nuestro ser ya se encontraría constituido a partir de identificaciones parentales, sería el resultado de esos mosaicos, a partir de los cuales, el ser se va construyendo. El habla que incorporamos, las danzas que bailamos, el momento socio- histórico, hacen de nuestro ser una intrincada amalgama, en donde resulta difícil identificar una variable determinada; es la confluencia de todas ellas, unidas en una suerte de alquimia irrepetible, las que dan por resultado un ser único y pluriinfluenciado. Ser no necesita lugar ─postula Juarroz. No estoy de acuerdo. Nuestro cuerpo es el lugar donde anida nuestro ser, ambos se yerguen ante el mundo y, como una díada indisoluble, el ser deja sus huellas en el cuerpo y el cuerpo habla por nuestro más íntimo ser. Para concluir, yo soy yo y mis circunstancias, siempre, hasta la muerte.  

                                                                                                                           

MÓNICA PERSANO 

 

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