CULTURA
6 de marzo de 2022
Rocío, un camino y un destino por Manuel Pérez. Parte 4
Presentamos una de las más importantes peregrinaciones marianas: El Rocío, sus raíces, la Aldea, la Romería, el Camino... todo lo que gira en torno a la Patrona de Almonte, La Virgen del Rocío, plasmado en fotografías. Un recorrido plástico con la visión personal del autor.
Merece una mención especial el paso de las Hermandades que hacen el llamado Camino de Sevilla o Villamanrique a su paso por el vado del Río Quema. Una salve, un cante por sevillanas, bautizos...
La emoción, la fe, la alegría de saber que ya queda menos... todo se aúna para plasmar una estampa única, que permanecerá en nuestras retinas mientras vivamos.
A la Blanca Paloma
le dijo el viento:
Te traje amores de los confines,
Y un clavel hecho pueblo
Llamado Gines
Desde el viernes, van presentándose las Hermandades con sus Simpecados y carretas acompañantes, hermanos a caballo y peregrinos a pie. La Hermandad Matriz los recibe en la puerta de la Ermita, intercambian saludos y rezan una salve a la Reina de las Marismas, la Virgen del Rocío.
Llega la noche del domingo y, con ella, el Rosario de la Aurora, precursor del acontecimiento que esperan los miles de rocieros que pueblan estos días la aldea...
Sólo cuando el Simpecado de la Hermandad Matriz traspasa el atrio del Santuario, se permite el salto de la reja de los almonteños dispuestos a llevar sobre sus hombros la liviana carga de su Madre. Ya llevan preparados varias horas, sin moverse un centímetro del lugar al que tanto esfuerzo ha costado llegar.
Todo a punto. Imparables, sin reparar en sudores, codazos o empujones, todos a una, ha llegado el momento deseado y soñado durante un año:
El lunes de Pentecostés, con la Virgen recorriendo las calles de la Aldea, es el día más dichoso y el más triste para los corazones rocieros. Dichoso por ver a la Madre de Dios pasar cerca, mirarla cara a cara, rezarle de tú a tú...Y triste porque todo se acaba, hasta el año que viene...Es el momento de pedirle salud para volver.
No hay quien te lleve, Paloma, como los almonteños.
Eso lo hacen ellos, Paloma, porque te quieren
Quien no lo crea, que se vaya al Rocío
Y allí lo vea...
«Agarráo» a tus varales Rocío te voy rezando...
Pa qué quiero catedrales Si yo te rezo llorando
Lloran los pinos del coto despidiendo a las carretas,
que ya se van poco a poco Por el camino de vuelta...
Todo se va terminando como un sueño que se aleja,
Pero la Blanca Paloma en mi corazón se queda
Manuel Pérez
Para leer la parte 1 hace click acá
Para leer la parte 2 hace click acá
Para leer la parte 3 hace click acá
Para leer ya el material completo ingresa acá
Seguinos