CIENCIA Y TECNOLOGíA
25 de junio de 2021
Vinculación social y compromiso científico desde el Chaco profundo: homenaje a Juan Chico
¿Qué se entiende por vinculación social? ¿Un ejercicio que contribuye per se a las problemáticas de distintos sectores y comunidades de nuestra sociedad pluricultural? Planteos que surgen de la revisión de la trayectoria de Juan Chico, político indígena qom, fallecido por la pandemia.
A sus 44 años, Juan Chico transitó por la investigación, la prosa libre, la docencia, los archivos y los mil y un senderos identitarios qom del monte chaqueño y las barriadas del Gran Resistencia. Escuchó, habló, transmitió y expresó los saberes ancestrales de su pueblo en su lengua y en castellano. Porque Juan, como tantos hombres y mujeres de los Pueblos Originarios, contaba con una inmensa y estratégica sabiduría para articular y repensar las relaciones entre las comunidades indígenas y las agencias del Estado provincial y nacional.
Desde inicios del siglo XXI, y a partir de una intensa y profusa producción intelectual y de militancia activa –materializada en libros, proyectos interinstitucionales, presentaciones en eventos en Argentina y el extranjero, etc.–, fue convirtiéndose en un importante referente de los pueblos indígenas chaqueños. Actor incansable que bregó por la visibilización y reconocimiento de la problemática indígena en todas sus dimensiones, centró parte de sus investigaciones en dos eventos claves para los pueblos originarios del NEA en el siglo XX: la Masacre de Napalpí (1924) y la participación de los indígenas chaqueños en la Guerra de Malvinas (1982). Dos libros de su autoría (Las voces de Napalpí y Los Qom de Chaco en la Guerra de Malvinas. Una herida abierta) expondrán los resultados de estas indagaciones.
Hombre y mujeres Qom
Dos libros que requieren ser revisitados tanto para dimensionar sus aportes desde una perspectiva situada, como también para reconocer las trayectorias de hombres y mujeres qom atravesadas por profundas prácticas institucionalizadas de discriminación. Pero hay más, porque en sus proyectos de investigación-acción no solo pretendió dar a conocer los hechos sino que se comprometió con cada combatiente de Malvinas y con cada descendiente de Napalpí. De hecho, pudo encontrar y entrevistar a los últimos sobrevivientes de la Masacre, logrando que sus testimonios se incorporen al juicio por la verdad que la Justicia Federal se encuentra llevando a cabo.
Desde la Fundación Napalpí trabajó con el Instituto de Investigaciones Geohistóricas, IIGHI (CONICET-UNNE) en Resistencia: desde el año 2012 organizó, junto a la Dra. Mariana Giordano, una exposición itinerante con fotografías de la Masacre obtenidas por Robert Lehmann Nitsche. Esta exposición, acompañada por charlas y debates en espacios púbicos y educativos, recorrió la provincia del Chaco, visibilizando este exterminio históricamente silenciado local y nacionalmente. Producto de la profusa interacción entre el IIGHI y la Fundación Napalpí, a partir del año 2017 se materializa un anhelado proyecto interinstitucional: el Seminario de Genocidio Indígena, espacio de intercambio pluricultural que se convirtió rápidamente en un foro de debate y formación sobre la problemática indígena en el Cono Sur de América.
Su capacidad política lo llevó a impulsar una diversidad de proyectos en el Chaco y en el Norte Grande, apoyando decididamente eventos y programas de investigación que involucraban a otros pueblos indígenas. Porque bajo una premisa integral de Memoria, Verdad y Justicia, Juan propuso escapar de los límites temporales de la última dictadura militar argentina (1976-1983) para proyectar esta tríada para todo el siglo XX de manera tal que pudiésemos reflexionar sobre Napalpí y otras tantas masacres en el territorio argentino (desde Patagonia hasta el NEA). Así, lo vimos impulsar la Mesa de Pueblos Originarios en el marco del XIX Congreso Nacional de Arqueología Argentina, celebrado en octubre de 2016 en Tucumán. Allí, junto a comuneras y comuneros de la Unión de Pueblos de la Nación Diaguita, conmemoró a la Pachamama en el patio de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Tucumán.
Ley de relevamiento territorial
En esos últimos años, y como funcionario del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), estaba comprometido con la efectivización de la Ley nacional 26.160 (de relevamiento territorial indígena), mientras que desde la Fundación impulsaba la investigación forense sobre Napalpí.
Sin pretender narrar la intensa vida política y social de Juan, hasta aquí llegamos con esta brevísima reseña para centrarnos someramente en lo que, desde el CONICET, se entiende por vinculación social. Acostumbrados, a veces, a pensarla como una actividad de transferencia (esto es, se traslada algo –es decir, conocimientos– desde A hacia B), o de interacción con terceros, etc., el trabajo con actores e instituciones –como el realizado por el IIGHI– demuestra que la vinculación social solo adquiere valor y significado cuando unos saberes no obturan otros. Y es aquí donde puede dimensionarse la relevancia de la interacción con y desde los pueblos originarios: no se trata de entablar relaciones asimétricas de saberes. La experiencia con organizaciones –y políticos como Juan Chico– posibilitan plantear que las formas de vinculación entre investigadoras e investigadores, becarias y becarios, y colectivos y dirigencia indígena, requieren de un marco que contemple los reclamos históricos referidos a sus jurisdicciones, organización y autonomía, y el reconocimiento de los derechos de los Pueblos Originarios (proclamados y consagrados por leyes del Estado nacional y convenios internacionales). En todo caso, y así lo aprendimos de Juan, las prácticas y saberes indígenas aportan herramientas para abordar –o reinterpretar– el presente social desde una perspectiva donde la interacción de conocimientos adquiere significado a partir de las mismas relaciones interpersonales e interinstitucionales, en tanto la interpretación solo puede ser colectiva y en un espacio de consenso intercultural.
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