CULTURA
6 de marzo de 2021
Recordamos a un Gran Poeta.

ALBERTO SZPUNBERG
No hace todavía 4 meses que falleció en Barcelona el poeta argentino Alberto Szpunberg . Había nacido en Buenos Aires en 1940. Publicó su primer libro de poesía a los 22 años. Fue profesor de Literatura Argentina en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Fue redactor del diario La Opinión donde dirigió el suplemento cultural de 1975 a 1976. Militante político comprometido, se exilió en España tras el golpe militar en 1977. Con el retorno de la democracia regresó a nuestro país viviendo 6 meses en Buenos Aires y 6 meses en Barcelona hasta que en los últimos años se había establecido en España definitivamente.
Algunos de sus poemas fueron convertidos en tangos y valsecitos y grabados por el Cuarteto Cedrón en París en 1983. Alberto Szpunberg llevó más de 50 años escribiendo una obra poética premiada y reconocida aquí y en Europa entre cuyos títulos podemos destacar: El Cheamor (1962), Poema de la mano mayor(1963), Su fuego en la tibieza (1983)-- Premio Alcalá de Henares, 1983-; Luces que a lo lejos, 1993-Premio Internacional de Poesía Antonio Machado 1993-. En 1998 el Fondo Nacional de las Artes publicó una Antología Poética de su obra y en 2014 la Fundación Konex le otorgó el Diploma al Mérito en Poesía. Ese mismo año recibió el Premio Cultura Argentina, otorgado por el Ministerio de Cultura de la Nación.
Szpunberg estaba convencido de que la poesía es siempre iluminadora porque trabaja con la palabra y la palabra es la conciencia, la poesía-pensaba Alberto- permite ensanchar el conocimiento de uno mismo.
IV
He abierto, abrí mi libreta al azar: “ella, como la lluvia, habla en silencio”.
Esto escribió un día anegado por su tristeza,
Pero no, no dice “ella”, dice tu nombre, dice mi letra,
Temblorosa
Fragmento
Ella vuelve del balcón, sonríe, gira
Y sus manos sobre mi frente borran toda la sombra de
Las huellas, todas las prisas,
“trémula y efímera como el equilibrio entre el cielo y la
tierra”
¿Por qué, me pregunto por qué?
Cuando acaso el amor- la poesía, tan vana si se quiere-
Es la única coherencia de lo azaroso.
VIII
Nunca dices toda la verdad, nunca mientes.
Como si dijera: el ruido de las ramas agitándose no es el
viento,
El ronroneo del agua en la hornalla no es la tibieza,
ni siquiera tu cabeza sobre mi hombro es tu
presencia.
Pero todo lo que ocurre entre hoja y hoja ocurre en la raíz,
y la taza de té que enfría en tus manos no ocurre sólo,
entre tus manos
Como si dijera: nada hace pensar que es así pero todo lo confirma,
hasta tus destellos de sombra con que me iluminas.
Nunca dices toda la verdad, siempre existes
Geometrías
Hasta la línea recta, que no existe, se cansa,
de insistir en ser lo que, por cierto, no es:
advierte, aunque ya es tarde,
que ella misma, se cierra en un círculo inabarcable, fantástico,
que por natural naturaleza es horizonte.
La línea recta, inventada para atravesarlo todo,
es ajena a la curva de una mano que ocupa
el remolino de los cuerpos en sí íntimos:
condenada a padecer eterno el infinito,
su oculto deseo, lo sé, es el punto final.
ANA MALHARRO
Seguinos