Vélez se consagró campeón de la Supercopa Internacional tras superar 2-0 a Estudiantes de La Plata en el estadio Libertadores de América. El equipo de Liniers se quedó con un duelo intenso y por momentos desprolijo gracias a los goles de Tomás Galván y Braian Romero, que marcaron la diferencia en un partido condicionado por una espesa niebla durante el segundo tiempo.

El Fortín arrancó con un dominio claro, presionando alto y manejando la pelota, aunque sin profundidad en el último tercio. La única chance clara del inicio fue para el Pincha, cuando Eric Meza quedó mano a mano con Tomás Marchiori, que respondió con solvencia. A medida que pasaban los minutos, Estudiantes equilibró el juego y terminó mejor la primera parte, con posesiones más largas y algunas llegadas que obligaron a Vélez a retroceder.

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En el complemento, la niebla obligó al árbitro Darío Herrera a consultar con los arqueros antes de reanudar el encuentro. A los siete minutos, la presión alta volvió a darle resultados a Vélez: Romero desbordó y asistió a Galván, que empujó la pelota al gol. El partido entró entonces en una etapa desordenada, en la que Estudiantes empujó sin claridad y Vélez apostó al contragolpe.

En una de esas réplicas, Carrizo pisó el área, la pelota quedó suelta y Romero no perdonó: derechazo bajo y gol para liquidar el pleito. El Fortín, que ya había mostrado solidez defensiva con una gran tarea de Valentín Gómez y Emanuel Mammana, se cerró en su campo y controló sin sobresaltos los intentos finales de un Pincha con más corazón que juego.

Con esta consagración, Vélez sumó su título número 18 y se convirtió en el tercer equipo en ganar la Supercopa Internacional, reafirmando su lugar entre los clubes más importantes del país.