El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona quedó prácticamente anulado luego de que se comprobara la pérdida de imparcialidad de una de las integrantes del tribunal, la jueza Julieta Makintach. La magistrada aparece como protagonista de un documental titulado Justicia Divina, orientado claramente a la condena de tres de los imputados: el médico Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz.

Durante una audiencia del Tribunal Oral N° 3 de San Isidro, los fiscales Patricio Ferrari y Cosme Iribarren presentaron pruebas concluyentes halladas en un pendrive, entre ellas un guion detallado de la serie, trailers promocionales e imágenes grabadas que comprometen a Makintach. En el material se la muestra entrando a tribunales, maquillándose y expresando opiniones que anticipaban la culpabilidad de los acusados. Incluso se preveía una grabación en su casa y una narrativa centrada en su figura como "la jueza del caso Maradona".

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Makintach negó inicialmente su participación, pero las pruebas fueron contundentes. Sus colegas del tribunal, Maximiliano Savarino y Verónica Di Tommaso, se desligaron por completo del documental y expresaron su rechazo. “No está en mis valores autorizar una cámara oculta”, expresó Di Tommaso, visiblemente conmovida.

Ante la presión de los fiscales y la falta de respaldo de sus pares, Makintach se apartó finalmente del juicio, aunque insistió en que no conocía el material presentado. Sin embargo, quedó expuesta su relación con la productora, encabezada por una amiga de su infancia.

En el guion del documental, dividido en seis capítulos con títulos como La justicia y la sentencia, se sugiere una trama al estilo de True Crime, con foco en la responsabilidad penal del equipo médico. El contenido indicaba claramente que ya se daba por sentada una condena, lo que vulnera el principio de imparcialidad judicial.

Ante esta situación, el juicio deberá rehacerse desde cero. El jueves se realizará una audiencia para definir los próximos pasos, pero ya se anticipa que será necesario sortear un nuevo tribunal, volver a convocar a las partes y definir otra vez la prueba y los testigos. Aunque aún no hay una fecha definida, fuentes judiciales admiten que es poco probable que el nuevo proceso comience antes de 2026.

El costo institucional es enorme: además del desgaste para los testigos, los familiares y los acusados, se pone en duda la credibilidad de uno de los procesos judiciales más relevantes de los últimos años. “Se la comió el personaje”, fue el diagnóstico de un colega de Makintach en San Isidro, aludiendo al rol protagónico que ella misma aceptó construir para el documental.

El mayor daño, sin embargo, es a la confianza pública en la Justicia. En un caso que tiene repercusión mundial por tratarse de la muerte del máximo ídolo del fútbol argentino, la actuación de una jueza expone una trama de vanidad, show mediático y falta de ética que obliga a reiniciar un proceso clave para conocer la verdad y, eventualmente, determinar responsabilidades.