DEPORTES
21 de abril de 2025
Murió Hugo Gatti, el “Loco” que revolucionó el arco y dejó una huella imborrable en el fútbol argentino

El exarquero e ídolo de Boca falleció a los 79 años. Figura popular, atajador de récords y pionero en estilo y personalidad, desafió las reglas dentro y fuera de la cancha y se convirtió en un mito del fútbol argentino.
Hugo Orlando Gatti murió este domingo a los 79 años y el fútbol argentino despidió a uno de sus íconos más irreverentes y carismáticos. Apodado “el Loco”, fue mucho más que un arquero talentoso: rompió moldes, inventó un estilo, jugó 765 partidos en Primera División —récord absoluto— y dejó atajadas inolvidables, como la que consagró a Boca campeón de la Copa Libertadores 1977 ante Cruzeiro. “Nadie como él desafió tantas reglas durante tanto tiempo”, dirían quienes lo vieron jugar. En 26 temporadas, también atajó 26 penales, marca que comparte con Ubaldo Fillol, su gran rival futbolístico.
Nacido el 19 de agosto de 1944 en Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires, Gatti se formó en Atlanta y desde joven llamó la atención por su talento e inteligencia en el arco. “Lo que la mayoría resolvía con fuerza, él lo solucionaba con inteligencia”, recuerdan de aquellos años. Admirador de Amadeo Carrizo y Néstor Errea, aborrecía quedarse bajo los tres palos: salía a cortar, jugaba con los pies y se animaba a asistir. También rompió con la estética del arquero tradicional: usó remeras coloridas, bermudas, vinchas y el pelo largo, siguiendo la moda de los Beatles. Desde temprano, ya era un showman.
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Pasó por River entre 1964 y 1968, donde fue suplente de Amadeo, jugó más de 70 partidos y participó de copas internacionales. Luego fue figura en Gimnasia y en Unión de Santa Fe. Pero su gran historia comenzó en 1976 cuando Juan Carlos Lorenzo lo pidió para Boca. Debutó con la camiseta azul y oro el 15 de febrero ante All Boys, vestido con una remera rosa y vincha. “Olé, olé, el Loco Gatti y su ballet”, coreó La Bombonera en un amor a primera vista que duraría más de una década. Allí ganó seis títulos: el Metro y el Nacional 1976, las Libertadores 1977 y 1978, la Intercontinental 1977 y el Metro 1981 junto a Maradona.
En aquellos años, la lucha por el arco de la Selección con Fillol fue intensa y leal. Menotti lo eligió en primera instancia, pero una lesión en 1977 lo obligó a operarse y perdió su lugar. El “Pato” terminó siendo campeón del mundo en 1978. Aún así, Gatti nunca dejó de reinventarse y desafiar a todos, incluso a Diego. En 1980 lo llamó “gordito” antes de un partido, y Maradona le hizo cuatro goles. Un año más tarde, serían compañeros y campeones.
Gatti jugó en Boca hasta 1988. Su despedida llegó luego de un error ante Deportivo Armenio y el ingreso definitivo de Carlos Fernando Navarro Montoya. Fue su último partido como profesional tras 381 encuentros en el club. Genial, egocéntrico, provocador y entrañable, “el Loco” fue único. Como su ídolo Muhammad Alí, no fue producto de ninguna escuela: “Me hice solo, me reinventé siempre”, decía. Salvó cientos de goles con su estilo audaz, como en aquella mítica “atajada de Dios”. Solo no pudo detener la última pelota, la que todos sabemos que, tarde o temprano, termina entrando.
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