El Comité de Operaciones de Emergencia (COEM) de Río Negro confirmó que cuatro de los seis focos de incendio en El Bolsón ya están en fase de enfriamiento. Sin embargo, dos focos activos continúan amenazando el Área Natural Protegida Río Azul-Lago Escondido (ANPRALE), donde brigadistas, bomberos y medios aéreos trabajan intensamente para contener las llamas. “Las llamas avanzaron sin control, impulsadas por el viento y el clima seco. El fuego no respetó nada y lo destruyó todo a su paso”, advirtió el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck.

El incendio ya consumió más de 3.700 hectáreas y dejó un saldo devastador: 144 viviendas destruidas, 47 afectadas parcialmente y al menos 549 personas damnificadas, aunque se estima que la cifra seguirá en aumento. “Este incendio no solo arrasó con casas, destruyó historias de vida. Se perdieron muebles, documentos, recuerdos de toda una vida”, lamentó Weretilneck.

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En medio de la crisis, el Gobierno provincial anunció un plan de reconstrucción para asistir a los afectados. "Estamos ante un incendio de quinta generación, con una complejidad enorme", explicó el mandatario, y agregó que, por primera vez en la provincia, el fuego avanzó desde la zona boscosa hacia sectores urbanos y rurales, provocando un desastre sin precedentes.

El ANPRALE, que sufrió la destrucción del 40% de su superficie, permanecerá cerrado hasta nuevo aviso. Mientras tanto, se multiplican los esfuerzos para asistir a las familias afectadas y evitar nuevos focos de incendio en una región golpeada por el desastre ambiental más grave de los últimos 40 años.