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27 de enero de 2025

Doble vara: ¿el segundo femicidio de Lourdes Di Natale?

Por: Carla Echichure Castro

Después de la férrea defensa al millonario Elon Musk, quien conmocionó al mundo con un saludo nazi luego de la asunción de Trump, el presidente argentino dobló la apuesta y, de "zurdos hijos de puta, los vamos a ir a buscar", se refirió a los gays, el matrimonio igualitario, los inmigrantes, el feminismo y el femicidio.

Desde DAVOS, se despachó con una violencia inusitada como buen lacayo del presidente norteamericano, exponiendo así sus características más oscuras y antiderechos.

Corrían los años 90. Por entonces, una joven mujer, bella e inteligente, cumplía tareas de secretaria del poderoso secretario de Presidencia Emir Yoma.
Lourdes era puntillosa y llevaba una agenda donde los visitantes figuraban con nombres o “sobrenombres”, según la particularidad del personaje en cuestión.

Trabajaba más de 12 horas diarias, teniendo cierta porción de poder que proporciona la información y la delegación de situaciones diarias a resolver que el propio Emir le encomendaba.
Conoce, por entonces, a un joven abogado ambicioso, avasallante y conquistador, del que se enamora perdidamente, tanto como para recomendarlo a su jefe para que trabaje en causas penales que llegaban alterando el temperamento del funcionario.
Rápidamente, el abogado y “novio” de la secretaria se constituye en una pieza clave en el poder de turno.

Las relaciones entre Lourdes Di Natale, el propio Emir Yoma y el abogado Cuneo Libarona comienzan a desromantizarse entre la pareja cuando ella descubre que él estaba casado, a lo que él responde que su mujer estaba internada por problemas psiquiátricos y por eso no podía separarse. La verdad era que sí estaba internada, pero dando a luz a un hijo de ambos.

Entre las idas y vueltas en una tóxica relación, él adquirió más poder y relaciones, y ella fue perdiendo autoestima, peso y hasta piezas dentales, producto del gravísimo bruxismo que padecía, además de la fibromialgia que la llevaba a sufrir insoportables dolores.

En medio de todo, y de la tensa relación que la mujer comienza a tener con su jefe, denuncia a su pareja por violencia en 11 oportunidades, pidiendo ayuda en una delegación policial donde este tipo de denuncias se metían en un cajón.

Desestimadas las denuncias, ya sin trabajo pero con una agenda abultada de datos comprometedores, "desilusionada", como la propia Di Natale declaraba en un programa político de la época, se alejaba del gobierno del que formó parte 6 años y al que denunció pública y judicialmente, entre otras cosas, por la causa armas.

Di Natale queda embarazada. Es entonces que Cuneo Libarona le ofrece mudarse con él y divorciarse a cambio de que retire las denuncias de violencia en su contra, cumpliendo solo con la primera de las promesas, pues jamás se divorciaría de su esposa.
Al poco tiempo, comenzarían nuevamente los hechos de violencia, al punto de declarar públicamente que la mujer estaba desequilibrada y de sacarle la tenencia de la hija de ambos.
Mientras ella manifestaba persecución, recibía a periodistas con ventanas bajas, llena de temor. Pero este temor no era sin razón: las pruebas que presentaba y la precisión del relato en la causa armas eran contundentes.

Fumaba mucho y cada vez estaba más sola. En simultáneo, Cuneo Libarona era el abogado del momento, presentándose en el recordado “Caso Coppola” como abogado de una de las partes, viajando a Brasil y siendo fotografiado junto a una de las chicas del momento, una joven llamada Samanta Farjat.
Esto, sumado a la denuncia por extorsión que lo llevó a cumplir una condena de meses, hizo caer en la depresión y en la delgadez extrema a una Lourdes Di Natale que mantenía las pruebas y el relato intacto de la causa contra su exjefe.
Por años, había sido violentada, manipulada y hundida en la soledad, con toda posibilidad de trabajo cerrada por ser la exsecretaria privada de Yoma y la mujer de Cuneo.

Un día nos despertamos con la noticia de que Lourdes caía del piso 10 hacia el patio interno de su vivienda en Palermo.
La casa estaba revuelta y una pericia no acreditó el suicidio o accidente como quiso presentarse. La hija de Di Natale, con los años, pone en duda toda la investigación, así como presentaciones de terceros que pidieron que se reabra la causa, pero por femicidio.

¿En la Argentina de hoy podemos creer que esta investigación llegaría a reverse con uno de los implicados como ministro de Justicia?
Hoy Lourdes Di Natale vuelve a morir, tal vez producto de un femicidio.
Mientras el presidente y su gobierno preparan una modificación en leyes como la figura de femicidio, la Ley Micaela, el matrimonio igualitario y la identidad de género, manifestando en Davos un discurso misógino, racista, homofóbico y violento, su ministro levanta el guante en la modificación de la figura de femicidio, casualmente.

¿Estamos frente a un gobierno con autoridad moral como para modificar las conquistas de años en DD.HH.? ¿Puede una sociedad dar un paso atrás después de haber construido un cambio cultural que nos llevó a ser vanguardia en el mundo?
Las sociedades no dan un paso atrás, pero ¿qué pasará en la Cámara de Diputados?
Se avizoran tiempos de calles desbordadas. ¿Será en paz y libertad?

Carla Echichure Castro

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