Cristina Fernández de Kirchner asumió formalmente la presidencia del Partido Justicialista (PJ) en un acto realizado en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET). En su discurso, apuntó contra las políticas del gobierno de Javier Milei y delineó un plan para reposicionar al peronismo de cara al futuro. “No nos merecemos esto los argentinos, tenemos que trabajar porque merecemos algo mejor”, afirmó frente a una audiencia que incluyó figuras cercanas, pero dejó en evidencia ausencias notorias, como la del gobernador bonaerense Axel Kicillof y otros mandatarios provinciales.

La expresidenta comenzó su intervención recordando que el presidente Milei cumplió un año de gestión, al que describió como un modelo “extractivista” y de “valorización financiera”. “La guita no se invierte en bienes y servicios, sino en timba”, cuestionó, y afirmó que esto genera el cierre masivo de empresas y una profundización de la crisis social. En términos económicos, señaló que el país enfrenta un “déficit en la cuenta corriente” y un endeudamiento que calificó como “fenomenal”, con reservas negativas a pesar del éxito del blanqueo impulsado por el gobierno.

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En otro tramo, Fernández de Kirchner denunció que muchas empresas que ya operaban en el país accedieron al Régimen de Inversiones para la Generación de Infraestructura (RIGI) bajo nombres modificados, presentando “nuevas inversiones” que, según dijo, no lo son realmente. “Es un remate de nuestros bienes naturales”, sentenció. También desmintió que el gobierno haya cumplido con su promesa de no emitir pesos, y explicó que mantiene pisado el dólar para contener la inflación, lo que, aseguró, genera efectos nocivos como el cierre de empresas y la contracción económica.

La interna del peronismo no quedó fuera del discurso. Si bien saludó a su contendiente por la presidencia del PJ, el gobernador riojano Ricardo Quintela, y resaltó la necesidad de trabajar por la unidad, las tensiones internas quedaron expuestas. Kicillof no estuvo presente en el acto, aunque más tarde lo felicitó a través de sus redes sociales. Tampoco asistieron otros mandatarios provinciales ni la conducción de la CGT, que fue objeto de críticas indirectas. Fernández de Kirchner recordó que durante su gobierno la central obrera impulsó paros por el impuesto a las ganancias, contrastando esa actitud con el silencio actual.

En su análisis político, CFK marcó un contraste entre los resultados electorales y las condiciones sociales que llevaron al triunfo de Milei. “Es un candidato que propuso dolarización y motosierra contra la casta, y hay una aceptación de la sociedad”, afirmó, aunque rechazó las teorías de estafa electoral. En ese sentido, calificó el resultado como un “fracaso de la política” y recordó que no pudo encabezar una fórmula presidencial debido a lo que describió como “persecución mediática y judicial”.

Antes de cerrar, trazó un plan de acción para el peronismo, basado en cinco pilares: “Formar cuadros, informar, planificar, divulgar y organizar”. Anticipó que en marzo presentará una propuesta para formar dirigentes y mejorar la comunicación con la sociedad. “No podemos ser solo militantes electorales, debemos volver a ser militantes políticos”, sostuvo, en lo que algunos interpretaron como un mensaje directo hacia quienes ocupan roles dirigenciales dentro del espacio.

Finalmente, Fernández de Kirchner también lanzó cuestionamientos al gobierno de Milei en el plano internacional, particularmente por su intención de avanzar en un tratado de libre comercio con Estados Unidos. “Que alguien le avise que no somos complementarios sino competidores. En su admiración por EEUU hay infantilismo y cholulismo”, ironizó, y cerró con un llamado a la acción: “La historia no empieza cuando uno llega, ni termina cuando uno se va”.