RINCóN LITERARIO
8 de diciembre de 2024
Voces del agua
¿Sabían ustedes que las lágrimas, esas desencadenadas por la felicidad o la tristeza, son exclusivas de los seres humanos? Mucho se ha escrito sobre las lágrimas: para Darwin no tenían ningún propósito, para Charlotte Bronte eran señal de que estábamos vivos, y algún viejo proverbio señala que las más amargas son aquellas que no se derraman. Alicia Alvarez ha escrito sobre el llanto, sobre las lágrimas y su condición infinita, constante e inagotable.
Voces del agua
Ella lloraba lágrimas copiosas. Su llanto abarcaba todo. Un llanto solitario y escondido.
Cuando niña tuvo pérdidas inconsolables, adioses que su llanto no podía abarcar.
La llevaron al hogar de un familiar lejano, y fue llorando.
El también partió al lugar de donde no se vuelve. Ella anegó sus ojos de tanto llanto.
Un llanto compulsivo, vibrante.
Cuando el amor pasó por su vida, lloró con lágrimas radiantes de gozo.
Luego el adiós llegó temprano y el agua de su llanto hizo brotar juncos en los pantanos, helechos en los humedales y hasta se deslizó por los ríos, buscando el mar.
Lloró hasta secarse por dentro. No conoció consuelo. Se fue muy lejos para conseguir que la olvidaran.
Muchos dicen haberla visto en los canteros regados por las mismas lágrimas que habitaban en el rocío, hechas de lluvia, de lloviznas ligeras, y hasta de temporales
Y aunque no volvía, fue recordada por los habitantes de la ciudad inundada por su llanto, cuyo caudal rodó por las veredas y se acostumbró a resbalar por los muros de piedra, por rejas y portales.
Siempre la recordaban cuando un trueno anunciaba la tormenta en el aire. Cuando los charcos brillaban orgullosos de que su llanto se hubiera vertido por las esquinas de los arrabales.
Donde las voces tristes de los fantasmas del pasado replicaban con lamentos sus pesares.
Hace poco volvió, la vi, con sus pálidas pupilas, casi sin vida. Ni siquiera al verme me reconoció. Su alma no rozó a mi alma.
Lloró su última lágrima.
ALICIA ALVAREZ
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