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18 de octubre de 2024

Soluciones para Reducir el Desperdicio Alimentario en Argentina: Un Cambio Necesario

Por: Rosa Acosta

Con políticas más eficientes y la colaboración entre sectores, Argentina puede dar pasos decisivos hacia un cambio necesario.

En un país donde el hambre y el desperdicio coexisten de manera absurda, la implementación de soluciones concretas para reducir el desperdicio alimentario es urgente. 

 

El desafío de reducir el desperdicio alimentario

En Argentina, más de 16 millones de toneladas de alimentos son desperdiciadas anualmente. Mientras tanto, más de 15 millones de personas viven en inseguridad alimentaria. Ante esta crisis, el país necesita adoptar medidas que integren tanto el sector productivo como los consumidores, y que promuevan el uso responsable de los recursos alimentarios.

 

Redistribución de excedentes alimentarios

Una de las soluciones más efectivas para reducir el desperdicio alimentario en Argentina es la redistribución de los excedentes. En este sentido, la Ley Donal (2018) ha sido un avance importante. La normativa permite a las empresas donar alimentos en buen estado, que de otra manera serían descartados, a organizaciones sociales sin enfrentar riesgos legales.

Esta ley ha permitido a ONGs como el Banco de Alimentos y Plato Lleno rescatar miles de toneladas de alimentos que, de otro modo, hubieran terminado en la basura. En 2023, el Banco de Alimentos rescató más de 10 mil toneladas de alimentos, beneficiando a más de 3 millones de personas. Sin embargo, la escala de este esfuerzo sigue siendo limitada en comparación con la magnitud del problema.

 

Tecnología y logística para una mejor gestión

Otro pilar fundamental para reducir el desperdicio alimentario es la mejora en la gestión de la cadena de suministro. Muchas de las pérdidas de alimentos en Argentina ocurren durante las fases de producción, transporte y almacenamiento, principalmente por la falta de infraestructura adecuada y el mal manejo logístico.

El uso de tecnología en el almacenamiento y transporte puede ayudar a prevenir la pérdida de alimentos perecederos, especialmente en regiones rurales. Sistemas de refrigeración adecuados y plataformas tecnológicas que optimicen la distribución podrían reducir significativamente el desperdicio en la cadena productiva. Además, la implementación de tecnologías para monitorear en tiempo real la calidad de los productos, tanto en el agro como en los supermercados, puede evitar que alimentos se descarten innecesariamente.

 

Educación y concientización

El papel de los consumidores es crucial en la lucha contra el desperdicio alimentario. Según un estudio del INDEC, alrededor del 40% del desperdicio de alimentos en Argentina ocurre en los hogares. Esto se debe, en parte, a la falta de conocimiento sobre cómo planificar las compras, conservar los alimentos adecuadamente y aprovechar los sobrantes.

Campañas de concientización que enseñen a los consumidores a comprar de manera más inteligente, entender las fechas de caducidad y almacenar los alimentos correctamente son esenciales para reducir el desperdicio. En este sentido, los programas educativos que promuevan una cultura de consumo responsable en las escuelas y comunidades también podrían marcar una gran diferencia a largo plazo.

Además, la creación de aplicaciones digitales que ayuden a los consumidores a gestionar mejor sus compras y eviten el desperdicio se ha convertido en una tendencia creciente. Plataformas como "Too Good To Go" o iniciativas locales similares permiten a los comercios ofrecer productos cercanos a la fecha de vencimiento a precios reducidos, ayudando tanto a reducir el desperdicio como a beneficiar a los consumidores.

 

Promover políticas públicas sostenibles

Para enfrentar el desperdicio alimentario en su totalidad, es necesario que el Estado adopte un rol más proactivo, fomentando políticas públicas que incentiven tanto a las empresas como a los consumidores a reducir el desperdicio. La implementación de subsidios y beneficios fiscales para las empresas que donen alimentos y mejoren sus prácticas logísticas sería una medida efectiva.

Además, la promoción de la agricultura sostenible puede reducir las pérdidas en el campo. La adopción de técnicas de agricultura regenerativa y el apoyo a los pequeños productores para que implementen prácticas más eficientes podría no solo reducir el desperdicio, sino también mejorar la seguridad alimentaria en las zonas rurales.

 

Un camino hacia la sostenibilidad

La solución al desperdicio alimentario en Argentina pasa por la colaboración entre todos los sectores: el Estado, las empresas, los productores y los consumidores. Las herramientas ya están sobre la mesa: la redistribución de excedentes, la mejora en la infraestructura logística, la concientización de los consumidores y las políticas públicas sostenibles pueden marcar una diferencia real. Sin embargo, para que este cambio sea efectivo, es necesaria una acción coordinada y urgente.

Reducir el desperdicio no solo aliviaría el problema del hambre en Argentina, sino que también tendría un impacto positivo en la economía y el medio ambiente, promoviendo un futuro más sostenible para todos.

 

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