RINCóN LITERARIO
25 de agosto de 2024
La fábrica de ideas
Un viaje galáctico a un planeta habitado y desconocido. María Isabel Moronta imaginó un mundo distante y enigmático a partir de los cuadros del artista cordobés Carlos López Álvarez.
El corazón de la fábrica, ese recinto gris, se fundía en una suerte de batalla donde los obreros, azulados de pensamientos, extendían sus brazos, sus piernas, sus cuellos y cabezas. Sus atléticas figuras originaban las ideas que, al concebirse, se apoderaban del recinto todo.
Ellos nos permitieron conocer el interior de la fábrica de ideas. Recorrimos las formas curvilíneas de un pasillo gris. La luna plateaba las salientes que caprichosas se colmaban de luces y de sombras. Tan solo dos ovoides estructuras permanecían tan doradas como los escalones principales y el enmarcado de una puerta que irradiaba una luz blanquecina. Nos explicaron que allí brillaba el sol de las ideas que provenía del interior de la fábrica.
Las ideas no presentaban aristas. Círculos imperfectos, óvalos arbitrarios y curvas multiformes se amotinaban abrazados a los peldaños que conducían hasta los obreros. El ingenio, cual dorada cinta entrelazada, iba amalgamando el cúmulo fértil de ideas acabadas.
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