CULTURA
11 de febrero de 2024
El espiante
Un hombre toma una decisión y con esa acción elige un destino. Eduardo Benítez narra desde la brevedad de su texto esa trayectoria, la curva de una vida donde la búsqueda de la libertad cobra su precio.
El espiante
El fuego se fue apagando y el frío y el alba entraban por las desparejas rendijas de la tapera, donde había pasado una parte de la noche. Desde hacía días estaba huyendo de a pie; tenía hambre y sueño pero sus ojos y oídos estaban atentos al campo y al río. Las manos y la cara sabían de compartir coraje y penurias.
Dormitó en un descuido. Escuchó a la jauría ladrar cerca. Se había traicionado solo. No podía huir. Y entonces salió al llano con el poncho enrollado y el cuchillo listo.
Pero no hubo pelea. Una bala le atravesó el pecho. Cayó como un árbol, entero, sin arrepentimiento y sin piedad, cuando la aurora ya estaba en el río. Hubo un largo silencio.
Lo cargaron sobre una mula rumbo al fortín, donde un hueco en el suelo marcaría su lugar.
EDUARDO BENÍTEZ
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