La oriunda de la ciudad bonaerense de Ramos Mejía, que estudió una carrera tradicional para cumplir con el mandato familiar, ahora ha decidido cumplir con el sueño de subir a los escenarios para demostrar su talento artístico. La diseñadora de indumentaria y cantautora está en plena grabación de un disco con 10 temas propios o en colaboración con otros y en los que conviven diversos géneros, como reggaetón, bachata y cumbia.

“Estudiá una carrera de prestigio para ser alguien en la vida” o “El arte es muy lindo, pero no te da de comer, elegí algo más seguro”, estas son algunas de las frases que más escuchó Paula Cabrero desde los albores de su adolescencia y hasta la avanzada etapa de su juventud.

Es que, desde muy niña, la oriunda de la ciudad bonaerense de Ramos Mejía soñaba con ser cantante y triunfar en el mundo de la música. Sin embargo, por cumplir con el mandato familiar, la hija de un veterinario y una empresaria fue postergando el sueño de componer, grabar, subir a los escenarios y disfrutar la música.

El sueño está comenzando a hacerse realidad porque, pese a que venía haciendo presentaciones esporádicas en los últimos años, ahora está en plena grabación de “Amor elevado”, un disco de 10 temas propios o en colaboración con otros autores y en los que conviven diferentes géneros, como reggaetón, bachata y cumbia.

ABRAZANDO LA MÚSICA DESDE LA CUNA

Su pasión por el canto comenzó a los 5 años, cuando cantaba junto a su padre Guillermo, quien toca cinco instrumentos y cuyo principal hobby es la música. “En mi casa se respiraban melodías y partituras. Todo el día sonaban Los Beatles, Elvis Presley y Louis Armstrong, hasta música clásica. Verdaderamente, me encantaba cuando mi papá se ponía a tocar y cantábamos canciones juntos”, rememora con una sonrisa.

Cuando cumplió 12, Paula comenzó a estudiar actuación, nada más y nada menos que, con Hugo Midón. Tres años después, decidió tomar clases de canto con la profesora de técnica vocal, Andrea Serri. Si bien, en esos momentos sintió fuertemente que su camino iba por el lado artístico, algo muy interior le decía que tenía que terminar la escuela y “seguir una carrera universitaria tradicional, que me asegurara el futuro”, rememora.

Tras egresar de la secundaria y guiada por el mandato familiar, Paula Cabrero eligió una carrera universitaria tradicional: abogacía. Elección opuesta a su costado creativo. Al punto que, empezó a plantearse, ¿si existía una manera de combinar ambas facetas o tendría que dejarlo para siempre?, algo semejante a lo que le sucedió a su padre. “Me costaba poner pasión en algo que no sentía. Así que, en vez de pasión, puse esfuerzo y seguí firme con la carrera. Logré recibirme, más como una meta para los demás, que para mí misma”, admite.  

Paula sintió que debía volver a despertar la faceta artística, que fluía dentro suyo y que había “frisado”, porque empezó a estudiar diseño de indumentaria. “Esta carrera, al igual que la otra, la cursaba mientras trabajaba como administrativa en un banco -cuenta agregando-. Sentía que, mi parte más artística, empezaba a florecer y, con ese costado empresarial que heredé de mamá, busqué la veta comercial y comencé a vender ropa en forma online. ¿Resultado? Me empezó a ir de maravillas. Como consecuencia de ello, dejé el banco y me aboqué a la música con toda mi energía”, afirma la sagitariana.

Desde entonces, se dedicó de lleno a diseñar y vestir a modelos y actrices reconocidas, como Belén Francese, Tamara Bella, Agostina Alarcón, entre muchas otras. Justamente, con Francese y Roly Serrano se dio el gusto participar en una obra teatral, por streaming. Pero cada vez que tenía un momento libre volvía a agarrar el micrófono, cantar y a dar rienda suelta a su pasión. Cuando alguien la escuchaba, la frase que se reiteraba era: “¡lo tuyo es el canto!”.

LOGRANDO LA FELICIDAD: DEDICARSE AL CANTO

Ahora que ya superó aquella etapa llena de incertidumbre e inseguridades, Paula se ríe y se da cuenta de que nadie mejor que ella misma para percibir qué cosa la hace feliz. “Lograr mi independencia económica fue el empujón que necesitaba para dedicarme a la música. Está visto que, a veces, se necesitan empujones para empoderarnos y hacer un click. Así fue en mi vida. Cuando me sentí dueña de mi tiempo y que el límite soy yo para lograr lo que quiero, decidí no postergar más mi sueño y dedicarme de lleno a la música”, remarca.

Tiempo atrás se le presentó una gran oportunidad: ser vestuarista y cantar en la antes de cada función de “Radojka”, obra teatral protagonizada por Patricia Palmer y Cecilia Dopazo. “Fue una gran experiencia”, asegura bella cantautora de 38 años, quien tuvo también la dicha de interpretar un éxito de The Beatles, junto a su padre, en un colmado teatro Astros.

Disfrutando su presente, Paula Cabrero concluye con un mensaje para las nuevas generaciones: “Hay que confiar en uno mismo y en lo que te apasiona que las cosas se te terminan dando”.

Para saber más o contactar a Paula Cabrero, ingresar a su Instagram: @paula.cabrero