CULTURA
25 de junio de 2023
Luis Luchi, un poeta de Parque Chas

Luis Luchi fue el seudónimo literario que eligió Luis Yanischevsky Lerer, hijo de inmigrantes rusos, nacido en Buenos Aires, en Villa Crespo, el 11 de octubre de 1921. A los cinco o seis años de edad se mudó con su familia a Parque Chas y ése fue su barrio.
En esos tiempos, Parque Chas era geográficamente un potrero con unas pocas casas dispersas y, étnicamente, un crisol de razas: rusos, polacos, italianos, españoles, turcos, alemanes y, por supuesto, criollos, compartían los mismos límites. Luchi fue creciendo en el barrio, conviviendo con las distintas lenguas y costumbres. Militó activamente en el Partido Comunista y fue, con el tiempo, acercándose al anarquismo.
Trabajó como obrero gráfico en editorial Atlántida, como vendedor viajante de libros para las editoriales Signo, del PC, y Raigal, de la UCRI, hasta que se convenció de que el mundo del ocio era más gratificante y decididamente menos alienante que el del negocio y, a partir de esa evidencia, se dedicó de lleno a la poesía. Tanto por elección como por convicción, se mantuvo siempre al margen de la cultura oficial.
El amor por su barrio aparecía siempre en su poesía: Allí se clavaron banderas invencibles/ hacia todos los sentidos del paraíso/cambiando los trapos por zapatos/ en Los Incas y Triunvirato/para que Ramón, el portero, nos dejara entrar en la escuela/…Cuánta, Dios, cuánta pureza, dios, cuánta.
Creía en la posibilidad de una profunda transformación social, cultivó la amistad y la esperanza, y si bien, como miles de argentinos y argentinas más, tuvo que emigrar tras el golpe de 1976, y aunque vivió 25 años en Barcelona, jamás dejó de escribir pensando en Buenos Aires. En Barcelona fue siempre un porteño más. Nunca abandonó el mate y siguió escribiendo su poesía en español rioplatense.
Todo podía ser materia poética para Luis Luchi, las herramientas de trabajo o la gota de agua que cae de un paraguas, todos los temas podían tener cabida en su poesía directa, universal. Y el amor, por supuesto: Qué lindo en invierno/ después de atravesar el día helado/rendido y frío/ con ganas de besar y que me besen/ encontrar las sábanas calientes y limpias/ con vapor de mujer. Qué lindo en invierno/ y qué lindo también en el verano.
, Por último, el Parque Chas de Luchi es el de su niñez y adolescencia, el del recuerdo. ¿Paraíso perdido? Su manera de afirmar de aquí soy, aquí me quedo. Y aunque sus amigos creyeran en la posibilidad de la inmortalidad, en el año 2000, Luis Luchi murió en Barcelona.
Pero Parque Chas no ha olvidado nunca a su poeta y todos los años, siempre en octubre, (Octubre/ mi mes de besos/ puestos en mis labios…estoy impregnado de octubre/ buenos y malos/ sin importancia.) sus amigos poetas, innumerables siempre, le rinden un precioso homenaje en la plaza. A este hombre de ojos abiertos que se tomaba la vida rigurosamente en serio. Y el amor y la fraternidad y la calle.
ANA MALHARRO
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