Con autoridad, personalidad y un fútbol de alto vuelo, Racing Club conquistó la Recopa Sudamericana al vencer 2-0 a Botafogo en el Estadio Nilton Santos de Río de Janeiro. Con el mismo resultado obtenido en la ida en Avellaneda, La Academia no dejó lugar a la remontada y se adueñó de una nueva estrella internacional.

El equipo de Gustavo Costas fue amplio dominador del partido, generando peligro desde el primer minuto. Maxi Salas, imparable por la banda izquierda, encabezó los ataques visitantes y exigió en varias ocasiones al arquero John, la gran figura del local. También Luciano Vietto y Nazareno Colombo tuvieron chances claras, pero Racing recién encontró el gol en el complemento.

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A los 4 minutos del segundo tiempo, Matías Zaracho, recién ingresado, aprovechó un rebote y definió con precisión al segundo palo para abrir el marcador. A los 23, Bruno Zuculini sentenció la historia con un tremendo derechazo al ángulo, tras una gran habilitación de Gastón Martirena.

El tramo final fue un monólogo de Racing, que pudo haber goleado de no ser por la resistencia del arquero brasileño. Ni el aliento de los hinchas locales pudo torcer la historia: el equipo argentino manejó el partido con jerarquía y celebró una coronación histórica en suelo brasileño.

Con este título, Racing suma una nueva estrella a su vitrina y reafirma su protagonismo en el continente. El equipo de Costas se mostró sólido, intenso y con una identidad clara, clave para superar a un rival que nunca pudo imponer condiciones.

El pitazo final desató el festejo de los jugadores, el cuerpo técnico y los hinchas que viajaron a Brasil. Racing es campeón de la Recopa Sudamericana y lo hizo con autoridad, dejando una huella en el fútbol sudamericano. ¡Salud, Academia!