CULTURA
3 de octubre de 2021
¿Cómo se cuenta una pelea?
Narrar el combate, contar una pelea, la lucha a muerte entre dos contendientes; sólo una saldrá viva mientras que al otro le espera el final, ineludible y definitivo. Este pequeño relato de Inés Hernández Igartúa da cuenta de una situación épica en su aparente domesticidad: el resultado no quedará librado a la suerte y será el guerrero más hábil el que se alzará con la victoria.
DOS ARAÑAS
Volvió la zancuda, la de patas largas, ésa de cuerpo chico casi transparente que anda por toda la casa pero que encontró su lugar en esta claraboya encima de mi cabeza, soy yo y la araña en su guarida. Tengo la cama de arriba, subir y bajar la escalerita es mi rutina pero hoy no bajo a desayunar, hay duelo de arañas y ésta no me la pierdo, las tengo encima de mi nariz.
Pepa, porque así le puse a mi araña compañera, tiene su casa en una esquina del tragaluz, caza moscas, por cierto, muy molestas en esta época del año. Mi Pepa las caza y yo observo cómo chupa sus jugos hasta dejarla seca, amortajada con su telaraña dándole volteretas en el aire hasta el toque de gracia, quedando la pobre mosca tambaleándose como en una hamaca. Hoy al cazar su ansiada mosca encontró que en su territorio apareció un rival, es un macho zancudo que a mi Pepa se enfrenta.
La carnada, una mosca recién cazada y atada como niño envuelto zzzezziando por escaparse. Los rivales desde sus esquinas elevan sus patas delanteras y se lanzan en un ataque feroz, cuerpo a cuerpo donde uno ya no discierne cuál es uno y cuál es la otra, expulsan hilos de telaraña para sujetarse volviendo al ruedo donde se definirá todo. Una pierde una pata pero enlaza a la otra, se muerden hasta que en un torbellino exagerado de excreción de hilos pegajosos Pepa atrapa al macho, lo envuelve en todas las direcciones y le da el beso mortal.
INÉS HERNÁNDEZ IGARTÚA
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