CULTURA
18 de julio de 2021
A veces nos preguntamos, si yo fuera un animal, ¿cuál sería?
Este interrogante por nuestro devenir animal, que a veces parece surgido de alguna remota fantasía de infancia, ocupa a la filosofía moderna, que cuestionando severamente al modelo de subjetividad centrada en el sujeto, plantea la representación del animal como un otro, que por lo tanto merece el respeto a la vida en su fragilidad y el cuidado que reconoce la diferencia.
SI YO FUESE UN ANIMAL
Si yo fuese un animal sería un lobo, una loba en realidad.
Majestuosa, solitaria, de pelo oscuro. Negro tal vez, como la noche.
Iría corriendo por el campo, incluso por los hielos, yo, sólo yo, con recuerdos que me acompañarían. Tal vez pensando en alguna de mi manada, mordiendo a quien osara juzgarme y contando la historia de Caperucita de otra forma.
Aullándole a la luna, el único amor que tenemos cuando estamos solos o solas.
Aprendiendo en silencio, observando. Un ser con la inocencia justa y el alma pura; correría miles de kilómetros, aunque nomás fuera para verte desde lejos.
¿Sabían que el lobo es uno de los animales más fieles que existen?
Me tiraría en el pasto a descansar. Si yo fuese un lobo, no sería un animal.
Sería un ser, un espíritu libre. Con la capacidad de entender, sin poder comunicarse mucho, de sufrir sin flaquear. De pelear sin perder, de proteger sin lastimar. De crecer sin perder la inocencia. Si yo fuese un lobo ¡ustedes serían los animales!
PAZ GUEVARA
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